La presidenta de la Autoridad Portuaria de Cartagena, Yolanda Muñoz, junto con el presidente del Gobierno regional, Fernando López Miras, la alcaldesa de Cartagena, Noelia Arroyo, y el coordinador de la fundación Hispano-Judía, David Hatchwell, ha inaugurado la escultura de ‘El Abrazo’, que es un homenaje a todos los judíos que se vieron obligados a partir de España, por tanto, a la tolerancia, a la convivencia democrática.
La obra del escultor mexicano José Sacal está concebida como un símbolo de apertura para todas las culturas y especialmente con los judíos, que se fueron expulsados por los Reyes Católicos, hace 530 años, cuando el 31 de marzo de 1492 se publicó el Edicto de Granada.
‘El Abrazo’ es símbolo de la reconciliación con el pasado que tuvo que vivir el pueblo judío en España y “no hay mejor lugar para acogerlo que en el puerto de Cartagena, que fue el puerto de salida y se ha convertido hoy en un puerto de acogida con todos los visitantes que cada año recibimos con los brazos abiertos”, ha destacado Yolanda Muñoz, quién ha agradecido la colaboración de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, del ayuntamiento de Cartagena, de la Fundación Hispano Judía, Fundación Sacal y de la cámara de comercio para que se haya instalado en el puerto, en el acceso a la recién nominada terminal de cruceros, Juan Sebastián Elcano.
“Ha de ser un talismán para Cartagena y la Región de Murcia, un símbolo de buenas relaciones culturales, empresariales y de amistad con el Pueblo de Israel y por extensión con todas las naciones del Mediterráneo.”, ha destacado por su parte David Hatchwell, coordinador de la Fundación Hispano Judía.
La fundación Hispano Judía, con su presidente, David Hatchwell, y su espíritu impulsor del legado sefardí a través de la promoción cultural, turística y económica de Cartagena y la región, hace efectivo el compromiso adquirido con nuestro presidente Regional de hacer frente común para llevar a cabo políticas que fortalezcan la tolerancia, el respeto y el crecimiento.
Así junto con la Fundación José Sacal de México han donado esta escultura a la ciudad de Cartagena por el papel que jugó en aquella época. Ya que de las tres rutas que hubo, está fue la única que se pudo hacer por barco. Por lo que, para muchos judíos, que atravesaron Castilla La Mancha y Andalucía, fue la última imagen que se llevaron de la península Ibérica, a la que llamaban Sefarad.