Creí que era una aventura, y en realidad era la vida (Joseph Conrad)
Cuéntase que una condesa quiso entrarle a Napoleón en una fiesta y, así, para romper el hielo, le pidió que le recomendara una novela. “¿Una novela, señora? ¡Mi vida!”, respondió el corso. Las oportunidades profesionales que estamos dando a la nueva generación no son las mejores, por decirlo rápido y no mal: precariedad y sueldos bajos, incluso para los chavales más preparados. Ya casi da un poco de cosa aquello de preguntar a los jóvenes ¿qué quieres ser de mayor? Y ahora imagina que uno va y te responde: “¡De mayor quiero ser buceador y capitán de rompehielos!” Siempre se ha dicho aquello de que la mar no da medalla de plata, amante pero no amiga. ¡Chavales, fuera ese desánimo! Quizás a base de sudor y codos puedes llegar a tu meta. José Luis Barón Toriño era el comandante de marina de Barcelona, cuando le entrevistamos. Hoy es el Delegado de Defensa en Cataluña.
Muchas gracias, comandante, por recibirnos a NAUCHERGlobal. Por favor, cuéntenos un poco su trayectoria profesional.
Ingresé en la Escuela Naval Militar en el verano de 1985 sin saber realmente dónde me metía, aunque la idea de ingresar en la Armada ya me venía de tradición familiar. En 1990 recibí el despacho de alférez de navío y pasé destinado a la fragata ASTURIAS, a bordo de la cual participé en la Primera Guerra del Golfo, desplegado en el Mar Rojo y en las patrullas de seguridad por el Mediterráneo. Además, en este primer empleo, estuve embarcado en el cazaminas GUADIANA como jefe de operaciones.
En 1994 comencé el curso para obtener la especialidad de Tecnología del Buceo. Fue un año muy duro por la exigencia física y mental, con inmersiones prolongadas a más de 90 metros y descompresiones de más de 6 horas. Al terminar el curso asumí el mando de la Unidad de Buceadores de Medidas Contra-minas, lo cual me permitió seguir navegando y desarrollando a la vez mi especialidad.
Posteriormente, pasé a ser Segundo Comandante del cazaminas TAMBRE, destino que desempeñé desde 1999 hasta el 2002, donde continué buceando para recuperar las minas de ejercicio una vez detectadas con el sonar y balizadas. Durante este periodo me integré, por primera vez, en la SNMCMG2 (Standing Nato Mine Counter Meaures Group 2), agrupación de unidades de la OTAN que forma parte de las IRF (fuerzas de reacción Inmediata). Al finalizar en el TAMBRE embarqué en el buque de apoyo DIANA, donde permanecí dos años como segundo comandante, uno de ellos con la DIANA como buque de mando de la SNMCMG2.
Al finalizar este tramo de mi carrera, de embarque casi continuado, realicé el curso de Estado Mayor.
Finalizado el curso y cumplidos los años en la Dirección de Enseñanza Naval, embarqué en el Buque de salvamento y rescate NEPTUNO como Comandante.
Al término del mando, todavía con ganas y ánimo para seguir navegando, embarqué en 2008 en el buque oceanográfico HESPÉRIDES como segundo comandante, fueron unos años inolvidables, pero al mismo tiempo duros por las largas temporadas separado de la familia. Cuando iba a comenzar la tercera campaña Antártica se presentó la oportunidad de ir destinado a la SNMCMG2, como jefe de Estado Mayor; ocho meses bajo mando griego y otros cinco meses con mando turco, lo cual constituyó una gran oportunidad para vivir nuevas experiencias. Sin pensarlo dos veces viajé a Creta, octubre de 2010, para embarcar en el buque griego ALIAKMON y, tres meses después en la fragata SPETSAI para el despliegue en el Golfo Pérsico. En junio de 2011 embarco en el TCG (Türkiye Cumhuriyeti Gemisi) CEZAYIRLI GAZI HASAN PASHA, atracado en la base de la marina turca de Aksaz. La integración fue absoluta, en ningún momento me sentí un extraño con ellos. Todavía echo de menos las recetas griegas y turcas.
En 2012 viajé a Nápoles para incorporarme a mi nuevo destino, en el Allied Joint Force Comand Naples, cuartel de la OTAN donde permanecí tres años trabajando en evaluación y seguimiento de operaciones.
Mi último destino antes de venir a Barcelona de Comandante Naval fue en el Estado Mayor de la Fuerza de Acción Marítima, como Jefe de la Sección de CIMIC, llevando temas de protección arqueológica, pesca, tráfico marítimo, seguridad marítima y “todo lo que nadie reconocía como suyo”. También me desplacé a Bahrein, durante seis meses, como oficial de enlace español en las operaciones contra la piratería en el Cuerno de África.

Capitán de navío José Luis Barón
Si al entrar por primera vez por la puerta de la Escuela Naval hubiera podido leer en ese momento su hoja de servicios futura, ¿qué hubiera pensado?
Tendría que pararme y reflexionar… Ahora ya puedo decir que, si tuviera 18 años otra vez, sin dudarlo un segundo volvería a la Escuela Naval. La Armada me ha permitido desarrollar una profesión con continuas nuevas experiencias y numerosos viajes, incluso podría decir que aventuras.
En esta guerra 4.0 actual parece que cada vez más las fuerzas convencionales quedan en segunda línea y ocupan su lugar las fuerzas de operaciones especiales, los hackers, y la postverdad (o hechos alternativos, según el cristal con que se mire). Una gran parte de la sociedad permanecemos en nuestras casas ignorando incluso la situación internacional (o recibiendo noticias manipuladas. No obstante, unos pocos permanecen en primera línea. ¿Qué siente un buzo profesional cuando mete un pie en medio de la noche en el agua fría?
El buceo, que es mi especialidad, me ha permitido tal vez vivir los mejores momentos, pero también los más difíciles de mi carrera. El curso es duro y trata sobre todo de comprobar tu fortaleza física y mental, ya que, las situaciones complicadas bajo el agua requieren mantener la cabeza fría para reaccionar adecuadamente.
No siempre es apetecible una inmersión nocturna, pero te acostumbras a realizar el trabajo en automático, a veces demasiado, y por eso es fundamental contar con un controlador de la inmersión responsable de la seguridad, pues normalmente el excesivo automatismo te hace más propenso a los percances.
¡La Antártida!. No puedo imaginar más que un mar helado, un viento cruel y una tierra yerma. ¿Por qué nos fascina entonces a las personas?
Es algo muy difícil de explicar, hay que vivirlo. No hay fotos ni videos que reflejen lo qué es realmente la Antártida, sólo estando allí notarás un nudo en el estómago por la emoción de contemplarla.
El hielo de los glaciares, los icebergs, las placas de hielo marino adquieren tantas formas y colores que no hay un solo momento para la monotonía y, si a eso le añadimos la diversidad de la fauna nos encontramos con el encantamiento de la Antártida.
En una entrevista al almirante Manuel Rebollo, antiguo AJEMA, le preguntaban qué podía ofrecer la Armada a la gente joven. “Solera”, respondió. ¿Vale la pena en este mundo actual vender a la gente joven esos valores tradicionales?
Aunque “la buena solera hace el vino de primera”, la Armada también adapta sus tradiciones al avance de los tiempos. No nos podemos alejar del mundo actual, tenemos que integrarnos plenamente con la sociedad que nos rodea, de la que formamos parte y a la que servimos. La Armada con su vocación de servicio a España y por ende a los españoles va modernizándose en paralelo con la sociedad, pero al mismo tiempo, nuestras tradiciones nos sirven de vínculo de unión y estimulo en una profesión tan vocacional.
Háblenos del papel de la Armada en esta Barcelona del siglo XXI.
La vinculación de la Armada con Barcelona tiene ya muchos siglos de recorrido. En las Reales Atarazanas de Barcelona se construyó, en el año 1571, la galera real de Juan de Austria, barco insignia en la batalla de Lepanto.
La Armada siempre se ha sentido muy querida por los barceloneses; todas las dotaciones están encantadas y deseando arribar al puerto de Barcelona, de disfrutar de su arquitectura, gastronomía y cultura en general, primando ante todo, la magnífica acogida que nos brindan los barceloneses.
En los próximos años seguirá siendo un puerto de referencia para los distintos buques de la Armada que naveguen por el Mediterráneo, sin olvidarnos de la tradicional participación con un “stand” en el Salón Náutico Internacional de Barcelona, ni de los bautismos de mar que se realizan en el marco del Salón desde 1986 (hasta la fecha, 150.000 niños y niñas). Además, se intentará mantener la participación de alguno de los veleros-escuela en la regata Puig Vela Clàssica y en futuros encuentros de veleros (Maresmar/Trobada de Centenaris) como en años anteriores.
Como tantos españoles las fuerzas armadas han tenido que ajustar sus presupuestos a tiempos de crisis. ¿Tenemos los medios suficientes para enfrentarnos a los retos del futuro?
Los presupuestos actuales están muy ajustados. De momento, la Armada mantiene su operatividad a base de tesón y esfuerzo. Sería necesario ir incrementando el presupuesto de Defensa en el futuro para mantener la operatividad, cumpliendo a la vez con los compromisos adquiridos con la OTAN.
El ciudadano valora y reconoce el trabajo de las Fuerzas Armadas, pero tal vez no percibe del todo la importancia que tiene para su bienestar y seguridad. Se hace imprescindible, por lo tanto, informar de los riesgos y amenazas a los que estamos sometidos, explicar la estrecha relación entre nuestras misiones exteriores y la seguridad en nuestros hogares, y concienciar de la necesidad de dotarnos con recursos suficientes para la defensa individual y colectiva.
Si un chaval de quince años le parara por la calle y le pidiera consejo sobre si hacerse una vida en la Armada, ¿qué le diría?
Le respondería que si es un enamorado de la mar y le gusta navegar, le recomendaría, sin duda, que uniera su vida a la Armada. Es una profesión altamente vocacional que te ofrece, además del inherente servicio a España y a los españoles, la posibilidad de especializarte en diversos campos como el buceo, nuevas tecnologías, submarinos, arma aérea… Navegar por los mares y océanos, conocer otros países y trabajar codo con codo con sus marinos, siempre en un ambiente de estrecho compañerismo.
De las cuatro marinas, el terrícola sabe con firme certeza que la deportiva es para gente con posibles, que la pesquera se dedica a la captura de barritas de surimi y que la mercante debe ser quien trasiega las entregas de Amazon… Nadie piensa en los cascos rojos de Salvamento Marítimo, los azules del Servicio de Vigilancia Aduanera, las lanchas de la Guardia Civil o el gris de la Armada. Cada vez que lea en la prensa que se ha rescatado a unos náufragos, que se ha incautado droga o que se ha liberado un mercante de los piratas es que ahí afuera están esos marinos que solo se diferencian en que llevan uniforme.
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