25 de Marzo de 2013. Noticia de Reuters desde Frankfurt informando de la finalización de las negociaciones entre Hapag-Lloyd y Hamburg Süd para una fusión entre ambas compañías (leer noticia relacionada). En un breve comunicado, el consorcio Albert Ballin, propietario del 78% de Hapag-Lloyd, informa que la familia Oetker, propietaria a su vez de Hamburg Süd, ha decidido terminar las conversaciones encaminadas a la fusión.
¿Qué ha pasado entre ambos comunicados? ¿Por qué ha naufragado una fusión casi de libro, con dos compañías del mismo país, la misma cultura, generando unas sinergias de primer orden en la fusión y complementándose en gran medida?
La respuesta hay que buscarla casi con toda seguridad en los problemas que genera el poder .
Hapag-Lloyd con mas de 165 años de vida, situada en el sexto lugar del ranking Alphaliner, es propiedad del consorcio Albert Ballin formado por la Ciudad de Hamburgo (Autoridad Administrativa que gobierna la ciudad), KhuneMaritime (grupo Khune&Nagel) y un pool bancario al 78%, de una parte; y del operador turístico TUI, al 22%.
El Consorcio Albert Ballin se constituyó en 2008 para evitar la venta de Hapag-Lloyd a operadores no alemanes y salvar la sede para la ciudad de Hamburgo. TUI, que era de largo el principal accionista redujo finalmente su parte en 2012 quedando el accionariado de esta manera, más o menos: KhuneMaritime 28,2%, Ciudad de Hamburgo 36,9% y un pool de seguros y bancos (Iduna, Hansemerkur, HSH Nordbank y M.M. Wartburg), el 34,9%.
TUI se había reservado la posibilidad de vender su participación a terceros siempre que el consorcio rechazase aumentar la suya en la compañía.
Pese a ser el sexto operador mundial de contenedores por vía marítima, Hapag-Lloyd no tiene una posición financiera sólida. Con una flota de 150 buques, 6.900 colaboradores en 114 oficinas por diversas partes del mundo, ha comunicado unas pérdidas de 128 millones de euros en 2012 y una deuda neta de 1.800 millones de euros. Hay que decir además, que su posición en el mercado Este-Oeste (Asia-Europa o USA) no es preponderante. Maersk, CMA, MSC, Cosco y Evergreen tienen una mejor posición en este mercado y otros armadores (Hanjin Shipping y APL, por ejemplo), están muy cerca.
Hamburg Süd fue fundada en 1871 y adquirida en 1936 por el grupo Dr. Oetker, empresa con grandes intereses en el sector de la alimentación y una gran componente familiar. El presidente del consejo de administración es Richard Oetker (1951). Y el presidente del consejo consultivo es August Oetker (1951). Apuntemos también que el grupo Dr. Oetker tiene participación en el grupo español Damm.
Con ventas de 4.750 millones de euros, ocupa el puesto número 12 del ranking de Alphaliner de navieras mundiales. Posee 113 buques portacontenedores y 3.505 colaboradores en diferentes oficinas a lo largo y ancho del mundo. Sin deudas, con una buena situación financiera, parece que tendrá perdidas ligeras en 2012 pero, insisto, no tiene deudas. Sus tráficos principales cubren la línea de América Latina con Europa, donde disfruta de posición dominante con un 36% del tráfico.
La fusión de ambas compañías hubiera producido un global player que hubiera ocupado el cuarto lugar del ranking Alphaliner, justo por detrás de Maersk, MSC y CMA-CGM, con 250 buques y una facturación de 10.000 millones de euros.
¿Qué ha pasado?
A pesar de proceder ambos del mismo país, la cultura empresarial es profundamente diferente. Muy familiar la del grupo Oetker, con una gran tradición en Hamburg Süd. Varios socios con peso especifico (la ciudad de Hamburgo, Klaus Michael Khune, etc.) en Hapag-Lloyd
Parece que los medios de Hamburgo ya veían las profundas discrepancias entre K.M. Khune y la familia Oetker. Aquel quería una fusión entre iguales y una suerte de derecho de veto después de la fusión. La crisis que nos embarga y nos empapa por todas partes, afecta también a ambas compañías. Hamburg Süd entiende que su posición dominante en América Latina y su capacidad financiera le permiten estar en mejor posición que Hapag-Lloyd, a quien varios armadores le suponen una muy dura competencia en el tráfico Asia/Europa.
Lo que está claro es que las negociaciones para la fusión han terminado por expreso deseo de la familia Oetker.
Claro está también, que tanto TUI como la ciudad de Hamburgo quieren reducir su participación en un negocio que no consideran suyo (TUI) y de ciertos riesgos para la ciudad de Hamburgo. De modo que algo se moverá en Hapag-Lloyd.
Una salida a Bolsa no parece razonable a corto plazo por la cercanía de la ruptura de las negociaciones y porque no pinta muy bien el negocio marítimo, aunque hay algunos fondos de inversión norteamericanos que apuestan, eso dicen, por la inversión en buques nuevos. Reanudar unas negociaciones entre los dos grupos alemanes parece muy difícil a día de hoy.