Hay una especie de sabios que han dedicado toda su vida al estudio de la Historia de los barcos y de la navegación. Sabios marítimos que pasan incontables horas en museos, bibliotecas y archivos indagando en los entresijos más recónditos de las naves y de los marinos que han hecho historia. Sabios que están en comunicación con los centros de cultura marítima más relevantes del mundo, donde obtienen no pocos datos y documentos. Sabios como Luis Jar, Vicente Sanahuja, Juan Carlos Díaz, Laureano Garcia o Camil Busquets (fallecido en febrero de 2016). O como Albert Campanera, el savi del Museu Marítim de Barcelona, fallecido ayer en la Ciudad Condal.
Campanera ejerció de escritor, fotógrafo y sobre todo amante de la mar. Nos deja páginas brillantes sobre la historia naval y sus buques y una enorme obra fotográfica… Muy pocas personas en el mundo atesoraban tanto conocimiento sobre los buques de guerra. Y nos deja la tristeza de que no le veremos más por la biblioteca o la cafetería del Museu.
Cuando marchó su gran amigo Camil Busquets, Albert se despedía de él con un precioso artículo que terminaba “Navigare necesse est, vivere no est necesse”. Zarpa hoy como todos algún día lo haremos, pero su rica obra y su recuerdo imborrable quedan con nosotros.
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