El Global Shipping Forum, que ha celebrado recientemente su reunión anual en Londres, ha llegado a unas interesantes conclusiones respecto de la cantidad de surcharges que los armadores aplican a la mercancía, adicionales a los fletes. Son muchos y variados: gestión y documentación, lavado de contenedores, limpieza de los mismos, ISPS, verificación VGM…
El Gobierno de Sri Lanka ha prohibido esta práctica a los armadores. No se podrán poner recargos adicionales en los fletes. Mal asunto en unos momentos en que los nuevos combustibles originarán indefectiblemente costes adicionales para los armadores, algunos de los cuales (de entre los grandes), estima estos costes adicionales por encima de los 1.000 millones de dólares que, naturalmente, repercutirán en los fletes como un bunker surcharge que se sumará a todos los demás.
Pero no dejan de tener cierto grado de razón los embarcadores cuando pretenden racionalizar este asunto que, en ocasiones, sirve para financiar los costes locales en los puertos de las delegaciones de estos grandes operadores marítimos, convirtiendo las facturas de transporte marítimo en un bosque de recargos adicionales al propio del flete.