La oferta de espacio para la carga de contenedores en los barcos no ha dejado de crecer en los últimos años, desde 2006. Previsiblemente, hasta 2015, lo hará de manera constante a un ritmo de casi el 10% anual. Por el contrario, la demanda lo ha hecho, de media, prácticamente la mitad y de manera muy irregular.
Esta brecha creciente entre la oferta y la demanda está motivada fundamentalmente por la construcción de barcos portacontenedores cada vez mayores, incentivados por políticas gubernamentales. Así, la alianza P-3, cuyo objetivo es el reparto de espacio y de costes en mega-buques, paliará esta sobreoferta, pero no la solventará, ya que la demanda no crecerá al ritmo en el que se construirán barcos cada vez mayores.
De hecho, los miembros de la P-3 tienen fletados actualmente un total de 326 barcos y han ordenado la construcción de 88 más, todos con una capacidad mayor de 8.000 TEUs.
Una de las consecuencias más claras de esta realidad es la bajada e inestabilidad de los precios y no parece que, si finalmente China da su aprobación, la entrada en vigor de esta alianza vaya a acabar con este problema.
Aun así, los distintos representantes del sector estuvieron de acuerdo, de manera prácticamente unánime, en la conveniencia de que la P-3 comience a operar, pues supondrá una reducción de costes para los navieros y una mayor estabilidad de los precios para los clientes, habrá un mejor servicio en cuanto a frecuencia de salida de barcos de los distintos puertos en los que opere la alianza, y se reducirá de manera muy considerable, previsiblemente hasta el 40% en 2017, las emisiones de CO2.
También se expusieron, en las conferencias de Hamburgo, los problemas que la P-3 traerá consigo, principalmente, todos los derivados de la creación de un oligopolio.
En el marco de este foro de discusión internacional se pronosticaron las tendencias de la industria. Se abogó por la importancia de la especialización de los puertos y sus terminales, así como por la no extinción de los buques de capacidad inferior a 3.500 TEUs, a pesar de los incentivos existentes para su desguace, como complemento a las rutas de los mega-buques, y se recomendó la alianza de las navieras competencia de la P-3, en un futuro no lejano, como vía para su supervivencia.
Según Miguel Rodríguez, representante del sindicato Coordinadora en las jornadas, “la asistencia a estas conferencias es imprescindible para conocer de primera mano la dirección en la que camina la industria y para desmontar mitos como el que asegura que el precio de la estiba es determinante para que una alianza como la P-3 elija un puerto u otro para descargar”.
Quedará para una siguiente ocasión el análisis de los efectos de la apertura del Canal de Panamá, cancelado del programa de la conferencia de Hamburgo en el último momento.