La 26 conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático (COP26), organizada por el Reino Unido en colaboración con Italia, tendrá lugar del 31 de octubre al 12 de noviembre de 2021 en el Scottish Event Campus (SEC) de Glasgow (Reino Unido), en coordinación la asamblea general de las Naciones Unidas.
Muchas son las expectativas en los diferentes ámbitos político-sociales globales que se esperan de esta COP26, y en lo que se refiere a reducción de emisiones, y en lo que se refiere a su componente marítimo. Hemos de señalar que el transporte marítimo, que es el menos contaminante de todos los modos de transporte, es responsable únicamente de un 3% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) cuando por vía marítima se transporta un 80% del comercio mundial.
En todo caso, los actores en el transporte marítimo están altamente sensibilizados en la materia; pero ocurre que no todos ellos se mueven a la misma velocidad.
En primer lugar la IMO cuyos objetivos, de momento, son los de reducir el 50% de los niveles de emisión de GEI de 2008 en 2050. Esta estrategia será revisada en 2023 pero parece absolutamente insuficiente para bastantes armadores y otros actores del negocio marítimo, entre los que se encuentran Maersk, Hapag-Lloyd, MSC, y Mitsui OSK Lines (MOL) como paladines, junto a astilleros, el Lloyd’s Register, el canal de Panamá, el puerto de Rotterdam, Shell o Volvo. Estos opinan que la descarbonización se puede alcanzar en 2050 de manera total y presionan a la IMO para que adopte posturas más decididas en esa dirección.
Una de estas iniciativas es la ya comentada en NAUCHERgloba acerca de la creación del IMRF (International Maritime Research&Development Fund) dotado con 5.000 millones de dólares, a propuesta de la International Chamber of Shipping (ICS), y que se financiaría con una tasa sobre el combustible de 2 dólares por tonelada. Esta propuesta está en la línea de los objetivos de IMO y pretende que el IMRF se cree en 2023 para ayudar a la industria marítima a través de la financiación del desarrollo de nuevas tecnologías en la construcción marítima, así como nuevos combustibles y, con ello, alcanzar los objetivos del 50% de 2008 en 2050
Otras, como hemos dicho, han creado la Getting to Zero Coalition que, mucho más acelerada, se ha fijado como objetivo el llegar a la descarbonización total en 2050. Objetivos estos que están más en línea con la opinión generalizada en diferentes estamentos de la UE, cuyo camino está marcado por la inclusión del transporte marítimo en el Emission Trading System (ETS), que supone la aplicación del principio de que “el que contamina paga” y que se recogen en el paquete “Fit for 55%”, de todo lo cual hemos dado cumplida cuenta en este medio.
Sí que vaticinamos una fuerte presión sobre la IMO por parte de los actores citados, implicados en la descarbonización total del transporte marítimo en 2050, muchos de ellos firmantes de la Call Action for Shipping Descarbonization que contiene las medidas que estos grupos proponen para alcanzar la meta de descarbonización total en 2050 y que será entregada a los Gobiernos al inicio de la COP26 en Glasgow.
Alonso Contreras