Hace unas semanas, de Melo hizo público un escrito en el que vertía gravísimas acusaciones contra el entonces rector de la Universidad Politécnica de Catalunya (UPC), Antoni Giró, de quien, entre otras irregularidades, afirmaba que había “regalado títulos de ingeniería”.
– ¿Tienes usted pruebas de esa acusación?
– Mucha gente en la UPC conoce el tema y efectivamente existen pruebas, las actas de exámenes, los expedientes académicos, etc., es decir, las pruebas son incontestables, incluso algunos profesores llegaron a presentar sendos recursos ante el rector informando de esos hechos.
– ¿Cómo calificaría usted el mandato del rector Giró?
– De nefasto, sin duda. Giró ha sido un rector personalista y autoritario más atento a sus intereses personales que a potenciar y mejorar la universidad. Durante su mandato el déficit de la UPC se ha triplicado, pasando de 40 a 120 millones de Euros, ha mandado al paro a más de 500 trabajadores, entre personal docente y de administración, sin respetar los acuerdos del claustro, y mientras la crisis menguaba los ingresos de la UPC el rector Giró aumentaba los sueldos de sus directivos preferidos y acometía gastos y obras perfectamente innecesarias. Personas como ésta son, en parte, responsables de la brutalidad de la crisis económica, cultural y política que atenaza a nuestro país.
– Hay personas en la UPC que sin defender al rector atribuyen su denuncia al expediente disciplinario que Giró abrió contra usted.
– Es una vieja cantinela, siempre que alguien denuncia a algún poder surge un anónimo o un palmero interesado que habla de resentimiento o directamente de venganza por algún conflicto del pasado. Es una forma de desacreditar la denuncia. El expediente que me abrió el rector Giró, sin ninguna base legal, fue una venganza por haber sacado a la luz el tema expuesto anteriormente sobre los alumnos aprobados sin presentarse a examen. Recurrí el expediente por vía contecioso-administrativa y me dieron la razón. De modo que, aunque la UPC ha recurrido el fallo, yo estoy muy tranquilo. El mío no fue el único expediente, de hecho Giró va alardeando públicamente de ser quien más expedientes ha abierto al personal, como si eso pudiera ser motivo de orgullo. Oculta y silencia que la mayoría de los expedientes que han acabado en los tribunales los ha perdido, con el consiguiente coste económico sobre las menguadas arcas de la Universidad. Pleitear con dinero público es muy fácil.
– Sin embargo fue un rector elegido democráticamente.
– Las formas y procesos electorales de la UPC son complejos y con diversos fallos desde la perspectiva democrática. Desde luego, Giró fue elegido en una elecciones legales y legítimas. Un error, uno más de los que es posible contemplar en el ámbito universitario y en la política en general. Antoni Giró se presentó a las elecciones como abanderado de la derecha contra el entonces rector, un hombre honrado y decente a quien tachaban de izquierdas. En su programa, Giró prometía reducir el déficit de la UPC y mejorar el proyecto académico. En sus casi ocho años de mandato ha hecho justamente lo contrario, triplicando el déficit, que ahora asfixia la economía de la universidad y obliga a vender lo mejor de su patrimonio, y cerrando muchos centros de investigación y transferencia de tecnología que, si no más, hacían visible la ambición de la UPC por estar presente en la sociedad y contribuir a su progreso. Muchos de esos centros fueron desviados a grupos privados dirigidos por personas afines al rector.
– Usted es miembro de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (CIAIM), desde su creación ¿Cómo ve la seguridad y el salvamento marítimo en España?
– En España y en el mundo la seguridad marítima se sacrifica en demasiadas ocasiones a los intereses económicos de las navieras, de los puertos y de los operadores del sector del transporte. En la CIAIM, tras analizar los accidentes emitimos diversas recomendaciones normativas y procedimentales. Se trata de una cultura novedosa en nuestro país que necesita tiempo para asentarse. Como es bien sabido, antes de la CIAIM, la antigua comisión permanente de investigación de siniestros marítimos era un mero órgano interno de la dirección general de Marina Mercante que concluía sus investigaciones al gusto del director general de turno.
– ¿Sigue usted dando clases en la Facultad de Náutica?
– Por supuesto, y con la misma motivación que el primer día. Continúo además realizando proyectos de investigación nacionales e internacionales, y dirigiendo el máster en Derecho, Negocio Marítimo y Gestión Portuaria. Ese máster, que creé hace 16 años, constituye en la actualidad un referente en el sector marítimo portuario, el único máster de este perfil que se da en la UPC y en España.
– ¿Volverá a presentarse a las elecciones de decano?
– No lo descarto, aunque hoy no forma parte de mis planes para el futuro. No obstante he de decir que durante mi etapa como decano, la Facultad de Náutica de Barcelona tuvo un crecimiento extraordinario, con la implantación de nuevos títulos como el de Ingeniero Técnico Naval, que se podía simultanear con la Diplomatura en Máquinas Navales. La Facultad de Náutica pasó en esos años de tener 250 alumnos a cerca de 600. En la actualidad estas ventajas se han perdido y nuestros alumnos han de pasar más tiempo en la universidad para obtener una sola titulación.