En los próximos días, está previsto que el ingeniero Francisco Barea se convierta en el nuevo presidente de la Autoridad Portuaria de Ferrol-San Cibrao tras el cese por parte de la Xunta de Galicia del hasta ahora presidente, Indalecio Seijo. La confirmación oficial se tendrá cuando se publique el nombramiento en el Diario Oficial de Galicia (DOG), que el pasado 27 de agosto ya publicitó el cese de Seijo.
Es la Xunta de Galicia la que tiene las competencias para designar a los presidentes y cargos relevantes, pese a que las dársenas dependen orgánicamente de Puertos del Estado. Según recoge ‘La Voz de Galicia’, la trayectoria profesional de Barea, titulado en Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos, está vinculada a la dirección y a la supervisión de la elaboración de estudios y proyectos de carreteras, obras hidráulicas y urbanizaciones, así como a la dirección y supervisión de servicios de dirección de obra civil.
Desde el 2006 trabajó en el sector privado, en la empresa Bardera Obras Civiles y Marítimas, S.L. como ingeniero coordinador en el departamento de Estudios y Proyectos de Obras. También ejerció como gerente en la empresa de construcción Seifran, S.L. En marzo del 2013 desarrolló la función de coordinación en la empresa de construcción Vialon, S.L., compaginando con otros cargos de responsabilidad similar en firmas del sector, como Canalis, S.L. o Barefar Ingeniería, S.L. Desde septiembre del 2020 ocupó el cargo de director del Instituto de Estudos do Territorio, dependiente de la Consellería de Medio Ambiente.
El reto de la conexión ferroviaria
Como nuevo director del puerto de Ferrol, Barea tendrá por delante los retos de recuperación y diversificación de tráficos, para lo que es clave la consecución de la conexión ferroviaria con la dársena exterior, en construcción desde el 2017. A corto plazo, estará sobre la mesa la estabilización de la obra tras las últimas fricciones entre la entidad portuaria y la empresa contratista por cambios en el proyecto, amén de los planes urbanísticos en la fachada marítima de la ciudad, con la remodelación de la antigua Comandancia y el edificio de Aduanas. Como Seijo, Barea toma el bastón de mando en un contexto de crisis global y otra propia, a nivel local, por el cese de las importaciones de carbón para Endesa.