Ambos proyectos, según el ministerio de Fomento, pretenden dar una solución a las disfunciones existentes en la red viaria y ferroviaria de acceso al puerto, así como al tránsito de mercancías.
Se trata de un proyecto con un recorrido de varios años y de gran complejidad técnica, por situarse en un entorno fuertemente urbanizado.
Se pueden distinguir tres tramos: un aumento de capacidad de la Ronda Litoral mediante un nuevo carril en ambas calzadas desde el paso superior en la autovía A2 hasta el nuevo enlace de L’Hospitalet; una autovía con dos calzadas de dos carriles por sentido, entre este enlace y el cruce con la autovía C-31, y desde el cruce con la autovía C-31, un importante viaducto para albergar ambas calzadas y salvar la Zona Franca del puerto en la margen izquierda del río Llobregat.