Dicho esto, la ministra Ana Pastor sigue queriendo ahorrar donde no se debería hacer: en el apartado de inversiones. Prueba de ello es la reunión que mantuvo el miércoles en Madrid con los representantes de las 28 autoridades portuarias y los ejecutivos del organismo público Puertos del Estado, en la que recordó que «el objetivo de 2,5% de rentabilidad fijado por Ley es prioritario en la programación económico-financiera, y para conseguirlo habrá que racionalizar inversiones, aplicar austeridad en la gestión y en los gastos públicos, reducir el endeudamiento, optimizar los recursos materiales y humanos, y redimensionar el sector público empresarial».
Parece mentira que desde su bonito despacho en Nuevos Ministerios, Pastor no sepa ver que la austeridad no aporta beneficios ni a medio ni a largo plazo y que ésta sólo sirve para saldar una situación puntual de tesorería. Su apuesta por racionalizar inversiones lleva implícita una menor actividad en los puertos y, lo que es peor, una menor capacidad para atraer a los principales armadores del mundo a nuestro país.
Con un sistema portuario en el que se pueden contar con los dedos los enclaves que aportan beneficio real al organigrama público, cuesta ver cómo continúa existiendo la politización de las inversiones en infraestructuras… por no hablar de la errónea política de tasas.
Hay puertos claramente deficitarios y, lo que es peor: por mucha inversión que se realice en ellos, continuarán siendo deficitarios dado que no atraen a los inversores ni a los cargadores.
La solución está en invertir únicamente en aquellos enclaves que aportan valor añadido al sistema, De esta manera se ahorrarían recursos y, en el medio plazo, una política de solidaridad bien conducida, podría permitir la reinversión del capital sobrante en la mejora de los puertos deficitarios; vamos, como se hace en el resto del continente. Pero esto, a ojos de Fomento no deja de ser una ingeniería financiera de ciencia ficción y, pese a los beneficios económicos reales, no da votos.
La ministra, si tiene algo, es que es una mujer agradecida. Así que se vanaglorió en la reunión del acuerdo unánime para que el Fondo de Compensación Interportuario del próximo año esté reenfocado hacia una mayor austeridad en las aportaciones y asignaciones… ¡Sólo faltaría! Llevan muchos años aportando dinero los mismos para que lo disfruten el resto. Esto no es solidaridad, es una forma encubierta de mecenazgo. Pastor también dijo que las autoridades portuarias habían tenido una actitud positiva que, si bien es cierto, también lo es que no tienen otro remedio ya que el funcionamiento de Puertos del Estado es centralizado. No obstante, Pastor se olvida que la autosuficiencia económica que reclama en los puertos debería ser única, para cada una de las Autoridades Portuarias y no globalizar el escenario.
En cualquier caso, el balance de 2012, según la ministra, «es francamente positivo tanto en lo que se refiere a los tráficos, que se situarán en niveles próximos a 2007, con cerca de 480 millones de toneladas movidas, como en lo económico con unos resultados conjuntos de 200 millones de euros, y un Ebitda de 600 millones al cierre del ejercicio. Sería bueno que ofreciera estas mismas cifras puerto a puerto y a algunos se les caería la cara de vergüenza.
Pastor sí anunció en la reunión la creación de una Unidad Logística en el ministerio, en la que participarán los puertos, así como expertos y empresas del sector, para coordinar las infraestructuras logísticas con las diferentes redes modales, y la creación de un mapa logístico del país. Tarde y escaso, pero algo es algo.