Desde el día 2 de noviembre, Remolcadores y Barcazas de las Palmas (Rebapa), una de las empresas del naviero valenciano Vicente Boluda, se ha quedado sola como compañía con la concesión del servicio de remolque del puerto canario, convirtiéndose en el único operador que lo ejerce. Esta situación se produce después de que Odiel Towage, filial de la firma alemana Fairplay, perdiera la licencia por no cumplir los requerimientos del pliego de condiciones. Una de las disposiciones que no ha demostrado es disponer de nueve embarcaciones remolcadoras con la bandera española.
La filial de Fairplay adquirió la licencia para ofrecer el servicio de remolque en marzo, pero desde principios del mes de noviembre ha dejado de ser un operador en Las Palmas. En todo momento, la empresa, Odiel Towage, ha asegurado que “no hemos tenido el tiempo suficiente para abanderar los nueve remolcadores que exigía el pliego de condiciones”. En cambio, Boluda Towage, a través de Rebapa, sí que ha logrado tener preparados los nueve barcos, tal como establecían las condiciones del contrato, y seis más de reserva.
Fuentes cercanas a Odiel Towage han indicado a NAUCHERglobal que el contexto de licitación de la gestión del servicio de remolque “está hecho para que haya solo un operador, ya que no ha habido forma de adecuarse al pliego de condiciones en tan poco tiempo”. En un carta dirigida a los clientes, el director de la compañía, Patric Ruschenpoehler, en la que se disculpa con estos por dejarles sin el servicio, recuerda que la empresa presentó un recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de Canarias, junto a los consignatarios, por las exigencias que impone Puertos del Estado para otorgar la concesión. Tras rechazarlo, Odiel solicitó un mes más de margen para adaptarse a los requerimientos, pero tampoco recibió el visto bueno. ”En todos los puertos permiten un año de plazo, mientras que aquí solo nos han dado dos meses”, lamentan las mismas fuentes.
Fairplay solicitará una nueva licencia
“Nos ha resultado imposible traer las embarcaciones desde el norte de Europa para abanderarlas en tan solo dos meses, pero la lucha sigue”. Este es el mensaje que ha trasladado Patric Ruschenpoehler, director de la compañía, a sus clientes. De hecho, Fairplay, la matriz de Odiel, asegura que continuará en el Puerto de Las Palmas para solicitar una nueva licencia de remolque. Asimismo, el director denuncia que “el nuevo pliego ha sido diseñado para un solo operador y para mantener la situación actual de monopolio”. En la misiva, insiste en que “no abandonaremos el puerto ni les dejaremos atrás”.
Fairplay explica en el comunicado que durante los siete meses que ha durado su presencia en el puerto canario se había logrado posicionar con el 40% de la cuota de mercado, abaratando las tarifas entre un 10 y un 50%. Patric Ruschenpoehler cree que estos hechos demuestran la necesidad de que exista la libre competencia en el puerto.
Como despedida, Fairplay asegura que proseguirá con el procedimiento judicial en el Tribunal Superior de Justicia de Canarias contra el actual pliego, igual que lo está haciendo la Asociación de Consignatarios y Estibadores de Buques de Las Palmas (Asocelpa), para demostrar que “el proceso ha sido diseñado para un antiguo monopolio y como una barrera para impedir la entrada de cualquier otra empresa”.
El papel de Puertos del Estado
Desde Fairplay sospechan que Repaba, la empresa de Boluda, ha actuado favorecida por Puertos del Estado y por el ministro de Transportes, José Luís Ábalos, para facilitar la concesión exclusiva a la firma del naviero valenciano. Curiosamente, es la misma imputación que realizan desde la Asociación Nacional de Remolcadores de España (Anare), pero en sentido contrario. En este caso, la entidad responsabiliza de la maniobra a una cúpula anterior del Organismo Público Puertos del Estado (OPPE), encabezada por José Llorca entre 2011 y 2018. Así, Anare considera que “se favoreció la entrada de otros operadores en el servicio de remolque del puerto de Las Palmas en detrimento de la Rebapa, empresa que poseía la concesión exclusiva.
Vicente Boluda, en una entrevista reciente concedida a este medio, recordaba que la querella presentada ante el Juzgado de Instrucción Número 1 de Las Palmas por una presunta “maniobra de manipulación” de un expediente para facilitar la entrada en el servicio de remolque de Odiel Towage, se planteó porque resulta “inadmisible que hayan otorgado una licencia para operar en el puerto de Las Palmas a una empresa de remolcadores a la que le han impuesto unas obligaciones muy inferiores a las que nosotros hemos tenido que cumplir”.
Como ejemplo de este presunto comportamiento irregular de la administración marítima, el auto judicial recoge una supuesta acusación de Repaba, en la que se expone una suplantación de identidad del exdirector de Puertos del Estado, Salvador Capella. El texto contempla que Capella “solicitó a Puertos del Estado un informe acerca de la regulación aplicable a la solicitud de licencia de Fairplay, que tramitó en 2017 en su condición de presidente de la Autoridad Portuaria”, cuando nunca ha ejercido ese cargo.
A pesar de que Fairplay, a través de su filial Odiel Towage, haya perdido la licencia para la concesión del servicio de remolque del puerto de Las Palmas, no parece que el conflicto con Repaba, que pertenece a Boluda Towage, se termine. Mas bien, se puede entender como un capítulo más de una disputa empresarial con implicaciones políticas.