Y es que no sólo en el puerto de Valencia preocupa que las tres navieras hayan decidido reducir sus costes de manera conjunta (leer artículo relacionado) sino que la alianza constituye una concentración tan importante y tan poco usual en la industria marítima que los órganos reguladores de las potencias económicas internacionales quieren examinarla a fondo, ya que entre Maersk, MSC y CMA CGM suponen más de un tercio del transporte mundial de mercancías por vía marítima en contenedores.
El encuentro entre asiáticos, europeos y norteamericanos viene dado porque, según los datos que maneja la Comisión Federal Marítima, la nueva alianza podría controlar cerca del 42 % del tráfico en las rutas Asia-Europa, el 24 % de las rutas Asia-América y entre el 40% y el 42 % del tráfico en las rutas Europa-América.
Según William P. Doyle, comisionado del regulador marítimo norteamericano, «una de mis preocupaciones se refiere a las noticias de los medios de comunicación (entre ellos NAUCHERglobal) en referencia a que la flota combinada de la P3 de Este a Oeste, que actualmente cuenta con de 346 buques, se reducirá a 255, una vez que la alianza propuesta se consume». En este sentido «Estoy interesado en conocer el impacto que esta alianza tendrá en los servicios prestados a los consumidores, los transportistas y las operaciones de las terminales en los Estados Unidos».
Para el también comisionado Richard A. Lidinsky «parece claro que esta alianza se está moviendo hacia adelante, como si ya hubiesen obtenido la aprobación de los organismos reguladores y crean certidumbres mediante los medios de comunicación para dar a conocer sus idearios en positivo, a pesar de no haber sido regulados en Europa, China y en los Estados Unidos».
El presidente de la FMC, Mario Cordero señaló que «mantengo una mente abierta acerca de los parámetros y el impacto de esta alianza hasta que pueda ser plenamente analizada. La Comisión es responsable de la realización de los objetivos de la Ley de la Marina, a saber: procesos regulatorios no discriminatorios en armonía con las prácticas de transporte marítimo internacional. Junto con nuestros colegas europeos y chinos, como autoridades reguladoras, tenemos responsabilidades afines no sólo para nuestros países, sino en la estructura mundial del transporte marítimo, en la que debemos garantizar que esta alianza no provoque pérdidas a otros actores del sector, incluidos los consumidores, la comunidad marítima y el comercio mundial».
Cordero concluyó explicando que «una vez sea presentado este acuerdo, se prevé que todos los miembros de nuestra industria marítima -transportistas, importadores, exportadores, consumidores, puertos o sindicatos- expresen a la Comisión sus puntos de vista en cuanto a cómo esta alianza de compañías de bandera extranjera afectaría a nuestro comercio marítimo».