Participaron también en la Joint Ministerial Conference of the Paris and Tokyo Memoranda of Inderstanding on Port State Control delegaciones de Estados Unidos y Panamá y representantes de la Organización Marítima Internacional (OMI/IMO), la Organización Internacional del Trabajo (OIT/ILO) y la Comisión Europea. España, país miembro del Memorándum de París, no participó. Inexplicable.
Estas conferencias constituyen, a nivel operativo, las reuniones internacionales más importantes y eficaces para corregir y avanzar en la seguridad y la protección del medio ambiente marino (adjunto, en formato pdf, la Declaración Conjunta de la Conferencia, en inglés, publicada en la página en red del Ministerio de Fomento). Los comités de la OMI, sobre todo el MSC y el MEPC, debaten sobre normas. Las conferencias de los grandes acuerdos regionales sobre las inspecciones basadas en el control por el Estado del puerto (Port State Control, PSC) discuten sobre la aplicación más efectiva de esas normas, de modo que resultan, al menos, tan trascendentes como aquellas y, sin duda, de mayor valor práctico. Las inspecciones del PSC resultan el indicador más consistente y fiable de las condiciones de seguridad de los buques y las empresas navieras.
Hay que estar en esos encuentros. Ningún país miembro del Memorándum de Paris y del Memorándum de Tokyo puede desdeñar la oportunidad de participar e influir en las discusiones. Ningún país serio puede hurtar a sus funcionarios y cargos públicos dedicados a la seguridad marítima la oportunidad de intercambiar opiniones y experiencias con sus homólogos de los países más importante del planeta. No asistir a esas conferencias es un error incomprensible. Un grave error.
¿Por qué España se borró de esa reunión? No hay respuesta aceptable, a no ser que consideremos como tal la negativa simple del Ministerio, de la secretaria general Carmen Librero, supongo, con el argumento de reducir gastos. ¿Reducir gastos, ministro, cuando su antecesora tuvo el cuajo y la irresponsabilidad de tirar a la basura más de cien millones de euros para extraer del pesquero OLEG NAYDENOV unos pocos litros de combustible mientras se hallaba hundido a más de 2.500 metros de profundidad? ¿Reducir gastos en un Ministerio cargado de políticos de dudosa utilidad pública, cuya única misión parece ser la de impedir el buen funcionamiento de los organismos que de ellos dependen? Cabe concluir que los altos cargos que ocupan ahora el Ministerio de Fomento son bastante irresponsables.
Pudiera ser también que en el Ministerio de Fomento ignoraran que España tiene unos 8.000 kilómetros de costa, con lugares de tránsito mercante tan importantes como el Estrecho de Gibraltar y las aguas frente al litoral de Galicia; o que no tuvieran en cuenta las amargas experiencias sufridas con los accidentes del URQUIOLA, el AEGEAN SEA o el PRESTIGE. O peor todavía, que no fueran conscientes de que el sector pesquero español sigue siendo el mayor de Europa y una fuente de accidentes que pudieron evitarse. “Hay demasiados accidentes graves e incidentes con contaminación en los que están involucrados barcos pesqueros”, señala la Declaración Conjunta de la Conferencia. Pero todo eso al actual Ministerio de Fomento parece no afectarle. Maldita ignorancia. ¿Desplazar a Vancouver una delegación española para participar en la Conferencia internacional de los MOU de París y Tokyo? Para qué, se preguntan los altísimos cargos del Ministerio.
Somos un país costero, pero tengo dudas si además nos merecemos la categoría de un país marítimo. De lo que no cabe duda es de que padecemos un gobierno mesetario, tacaño y tremendamente ridículo. Por favor señor Rajoy, presidente, ponga orden, no vaya a ser que se vea obligado a repetir el trance amargo del PRESTIGE.