El Ministerio de Transportes, a través de la Dirección General de la Marina Mercante (DGMM), ha presentado una propuesta ante el comité jurídico de la Organización Marítima Internacional (OMI), que se reúne esta semana, para limitar los transbordos de petróleo Ship to Ship (STS) de buques rusos en las costas de Ceuta con destino a Asia. El origen de la problemática se encuentra en las sanciones impuestas por la Unión Europea (UE) a Rusia tras la invasión de Ucrania, lo que ha incrementado el número de operaciones STS de estos buques en las costa de Ceuta, un espacio que se encuentra fuera de las aguas jurisdiccionales españolas. Ante este vacío, la DGMM elevado la iniciativa a nivel internacional ante la imposibilidad de intervenir por parte de la Administración española.
Fuentes del ministerio indican a NAUCHERglobal que “el trasvase no se está produciendo en aguas marítimas españolas, por lo que por el momento no podemos intervenir”. De hecho, ya se ha constatado una tendencia, en la que Rusia saca de sus costas petroleros pequeños, en los que trasvasa la carga a otros más grandes para redirigirlos a la India y China. Este cambio en las rutas tradicionales del petróleo es una estrategia rusa para evitar las citadas sanciones de los países occidentales. Antes de estas, Rusia contrataba a empresas de Occidente para transportar y mover el crudo. En cambio, ahora, las soluciones pasan por establecer una flota paralela para llevar a cabo las operaciones.
En este contexto, las costas de Ceuta, a escasas 12 millas de las aguas jurisdiccionales españolas se han convertido un punto estratégico para los trasvases de petróleo, igual que sucede en Kalamata, en la costa sur de Grecia. La situación ha provocado la preocupación de la administración española.
Actuaciones limitadas
En este caso, los buques rusos que arriban a las costa de Ceuta tienen, en la mayoría de las ocasiones, bandera panameña, por lo que al estar abanderados en terceros países, no se les puede aplicar el reglamento europeo, además de que el trasvase de crudo lo efectúan en aguas internacionales. Desde la administración española, lo único que se puede hacer es sancionar a las empresas que colaboren en estas operaciones.
Por el momento, la Capitanía Marítima de Ceuta advirtió por escrito a principios de febrero a dos empresas locales dedicadas a la prestación de servicios a barcos en los alrededores de la ciudad autónoma que se exponían a sanciones si facilitan ayuda a los buques provenientes de Rusia que operan en aguas internacionales.
Ship to Ship
La transferencia de carga entre buques en el mar, conocida como STS (Ship to Ship), es una práctica habitual en el transporte marítimo que se realiza en puntos geográficamente estratégicos, como puede ser, en este caso, las inmediaciones del Estrecho de Gibraltar. Esta práctica no está prohibida internacionalmente y, por lo tanto, puede llevarse a cabo en aguas internacionales por cualquier buque. De hecho, hay países que permiten esta práctica, como Estados Unidos. En el último año han aparecido puntos calientes de transferencia de STS en el sudeste asiático, así como frente a Kalamata (Grecia) y Cueta, un puesto avanzado español en la costa norteafricana.
Así, los datos de la consultora Braemar, especializada en inversión, fletamento y gestión de riesgos, muestran que la demanda de espacio para petroleros generada por las transferencias STS hacia y desde buques más grandes ha crecido de un promedio de 6,7 millones de toneladas por día entre 2016 y 2019 a 10,8 millones de toneladas en los últimos tres trimestres. Ahora, representa el 5% de toda la demanda de petroleros. Parte de esto puede atribuirse a los flujos rusos a Asia, pero el fuerte crecimiento de las exportaciones estadounidenses a Europa en VLCC (petroleros, cargueros y gaseros) durante el año pasado también tiene su importancia.