El director general de la Marina Mercante, Benito Núñez, aborda en este comienzo de año algunos de los asuntos que despiertan más interés en el sector marítimo y proporciona su punto de vista sobre algunos de los retos que debe afrontar la administración marítima y el resto de los agentes implicados en un sector que, como el resto del transporte, se enfrenta en los próximos años a una gran revolución alimentada por principios de sostenibilidad y bajas emisiones contaminantes. NAUCHERglobal recoge la entrevista publicada en el boletín informativo de febrero de 2022 de la Dirección General de la Marina Mercante (DGMM). En la entrevista, también habla, entre otros, de asuntos como la falta de vocaciones, los cambios normativos y la implicación y relevancia de España en organismos internacionales, como la Organización Marítima Internacional (OMI)
¿Hacia dónde mira la DGMM en este año que hemos inaugurado, cuáles serán los retos?
Nuestros retos no van a cambiar respecto de los que venimos afrontando en años anteriores. Cambia, quizá, el contexto, pero no la esencia de nuestro trabajo: adaptarnos a los cambios normativos que se van sucediendo, mejorar en la atención, presencial y en línea, a los ciudadanos; mantener y mejorar los niveles de seguridad del transporte marítimo y su respeto por el medioambiente… Y todo esto con plantillas ajustadísimas, claro.
A nivel normativo, ¿qué espera de la reforma del Texto Refundido de la Ley de Puertos del Estado y de la Marina Mercante?
El texto es, en gran medida, una propuesta de actualización de determinados aspectos que el paso del tiempo ha puesto de manifiesto que necesitaban actualizarse. En ese sentido, la propuesta de modificación debería permitirnos estar más ‘cómodos’ y ajustar algunos arreglos y disfuncionalidades. Pero en la ley, por su propia vocación de norma rectora superior del sector marítimo, no debe ver alteradas las grandes líneas de acción. Confío en que podamos verla avanzar este año.
El transporte marítimo se enfrenta a grandes desafíos, como la descarbonización, la falta de vocaciones laborales en el sector, la distorsión entre las normas europeas y de la OMI en algunos ámbitos, ¿cómo afrontarlos?
Desde luego, lo que no existe es una solución común a los distintos problemas del sector marítimo, aunque algunos estén relacionados entre sí. La solución a los retos medioambientales pasa, como en cualquier otro sector, por la inversión de I+D+i. La cuestión es cómo conseguir esa inversión y cómo hacer que sus resultados apliquen y den frutos a corto plazo. Por otro lado, la falta de vocaciones es un problema que tiene difícil solución pero, desde luego, cualquier mejora de las condiciones de vida y trabajo de los marinos hará más atractivas las profesiones marítimas y mejorará la oferta de profesionales. Asimismo, la dispersión normativa es un problema intrínseco al sistema de refuerzo de las medidas en pro de la seguridad marítima y el respeto medioambiental en el ámbito europeo que tiene mala solución en tanto se sigan adoptando regulaciones fuera del marco OMI.

¿Por qué en un país rodeado de mar y en el que el transporte marítimo supone cerca del 9% del PIB no se destaca más la importancia de este sector?
Es difícil saber el motivo… Sí parece que en España existe un déficit de visibilidad del sector marítimo con respecto a otros sectores, pero ¿las causas últimas?, confieso que se me escapan. Creo intuir que un cierto ensimismamiento del sector puede haber contribuido a que no se perciba su importancia, pero no tengo más que intuiciones respecto de este asunto. A nivel institucional, la DGMM es el espejo donde se miran las navieras, la náutica de recreo, la gente de mar, los centros de formación…
¿Cómo quiere usted que sea ese reflejo?
Siempre he creído que nuestra vocación debe ser la de un actor que aglutine las sensibilidades de los distintos sectores y se involucre y trate de encontrar soluciones a los problemas y las necesidades de los ciudadanos y las empresas del sector marítimo. Al final, creo que se nos debe percibir como una parte, esencial y de liderazgo, pero no ajena o externa al sector marítimo.
La pandemia ha generado y sigue generando problemas al sector marítimo en todos los ámbitos, pero también ha puesto de relieve la importancia del mismo como servicio esencial, ¿cree que esto dará sus frutos y generará una mayor conciencia de su importancia a nivel nacional e internacional?
Sinceramente, no creo. En el momento en que recuperemos la normalidad, la percepción general volverá a su cauce, es normal. Quedará, espero, cierta conciencia de lo imprescindible que resulta para el funcionamiento normal de nuestras sociedades, pero no creo que venga a transformarse en un asunto de debate habitual en los medios.
Por primera vez, España preside el Consejo de la OMI, ¿qué va a suponer para el sector marítimo nacional?
La Presidencia del Consejo es, sobre todo, un reconocimiento a la tarea que España y, en particular, nuestro consejero en OMI, Víctor Jiménez, viene desempeñando con su dedicación y participación activa en el Consejo. Ha sido una gran noticia y estoy muy satisfecho, pero me gustaría decir que no es fruto del azar o la improvisación, sino del trabajo, la atención y la dedicación que hemos puesto en el trabajo en OMI estos últimos años.