Le hemos expresado nuestra total solidaridad con la situación que actualmente estáviviendo y nuestro desacuerdo con la última sentencia dictada por la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo de España el pasado 26 de enero de 2016 y en la que se le condena a 2 años de prisión por “grave imprudencia”, en un giro inexplicable respecto a la sentencia dictada por la Audiencia Provincial de la Coruña.
El encuentro tuvo lugar en un tranquilo barrio a las afueras de Atenas. Le vimos llegar sirviéndose de un bastón, con caminar lento, y acompañado de su hijo, quien hizo de traductor. Su mirada triste y apagada dice mucho del pesar de este octogenario Capitán quien a día de hoy aun sigue esperando la traducción de la sentencia para explicarse del porquése le ha condenado.
Todos los momentos compartidos estuvieron cargados de una fuerte emotividad, respeto y admiración por la entereza de este marino que tras más de 40 años de trabajo en la mar, ahora y en el final de sus días se ve como le quieren golpear en su conciencia con esta ola de 63.000 toneladas de culpa, a la que se enfrenta día a día gracias a su medicación y tratamiento psicológico.
Amable, respetuoso y agradecido en todo momento con el trato que el pueblo español le rindió, no puede decir lo mismo, más bien lo contrario, y muestra aún su profunda indignación e impotencia, por el trato recibido por parte de las administraciones españolas. Asírelatócomo con sus manos esposadas y la mano de un funcionario presionando sobre el cuello fue introducido en un vehículo policial como si de un criminal se tratara. Esos recuerdos y sin poder terminar su relato hicieron que con voz temblorosa, se retirara de la mesa para pasear en soledad un rato. Y es que el capitán Mangouras aún sigue presentándose en la comisaría de la policía en Atenas para dar parte de su continua presencia en el país porque para él este proceso no ha finalizado.
Injusto y triste final para quien después de un intachable expediente laboral se ve sorprendido en una emboscada de intereses políticos y económicos en los que Apostolos Mangouras no tuvo más culpa que la de no haberle permitido ejercitar el mando de su barco para tomar las decisiones oportunas con profesionalidad y rigor.
Capitan Mangouras, ha sido un verdadero placer haberte conocido, en nombre de CC.OO. todo nuestro respeto.
J. CRISTIAN CASTAÑO FERNÁNDEZ, responsable Marina Mercante. Sector Estatal del Mar. FSC-CC.OO.