El hecho llenó de pesimismo a los investigadores en cuanto a encontrar a alguien con vida. Previamente los buzos habían informado de la falta de la balsa de su lugar de estiba en cubierta, de modo que el Ministerio de Transporte de Rusia especuló acerca de un intento fallido de los tripulantes de usar la balsa.
Se hace difícil pensar que ninguno de los 11 tripulantes del carguero naufragado lograse abordar la balsa, sujeta por sotavento al costado del buque, de francobordo mínimo. De haber sido este el caso, la balsa habría quedado firmemente amarrada por la boza al barco. Por el contrario, cabría pensar que, tal como funcionó el sistema de zafa hidróstática de la radiobaliza, funcionase el de la balsa, de idéntico mecanismo, en el supuesto de hundimiento rápido. Tan rápido que, recuérdese, no consta llamada telefónica alguna previa al supuesto abandono de buque.
(Sobre este suceso, véase las noticias publicadas en NAUCHERglobal, sección SEGURIDAD MARÍTIMA, con fechas 30 octubre, 5 y 9 de noviembre)