El año próximo no presenta prácticamente ninguna certidumbre en lo que se refiere a la economía en general y al negocio marítimo en particular. Varios son los factores determinantes del comportamiento de la actividad económica:
- La guerra de Ucrania
Este es un factor altamente distorsionador en la medida en que la guerra se desarrolle en uno u otro sentido. Sanciones a la economía rusa, mayores o menores flujos de petróleo y de gas natural a diferentes economías no directamente implicadas en la guerra: India y China tendrán importancia en el desarrollo del tráfico marítimo en la medida en que los buques petroleros, gaseros y grandes graneleros tengan o no empleo suficiente.
- La economía china
Muy disruptivo su reciente comportamiento: medidas anticovid y disminución de la demanda en los países occidentales han ocasionado un menor crecimiento de la economía China en 2022; los pronósticos del FMI son de un crecimiento del 3,2% únicamente, que sería la cifra más baja desde la década de los 80, excluyendo el 2020. Una contracción de la economía china que es uno de los mayores consumidores mundiales de materias primas tendría un efecto cascada en el resto de las economías planetarias y seria de prever un crecimiento de poco nivel en la economía mundial y en consecuencia de la demanda de los países occidentales.
Una retracción de la demanda de materias primas por parte de China acarrearía una reducción de la demanda de flete en petroleros, gaseros y ‘bulkcarriers’, y sus consecuencias no son difíciles de prever.
- El flete de los contenedores
Será un factor positivo para el desarrollo de la demanda si consideramos el precio del transporte como elemento de interés. Los fletes no van a subir en la primera mitad de 2023. Los fletes spot de los contenedores parece que siguen bajando y el mercado del flete carece de estabilidad. ‘Blank Sailings’, reducción de ‘loops’, achatarramiento de buques de mayor edad y menor capacidad son acciones ya emprendidas por los armadores; pero a pesar de que la reducción es cade vez más desacelerada, esta no se ha detenido aún.
En 2023 entran en el mercado nuevas construcciones con capacidades casi todas ellas superiores a los 15.000 TEU, así es que veremos menos barcos en los circuitos, rotaciones completas o ‘loops’; se resentirá la fiabilidad de las navieras en cuanto a cumplimiento de escalas y sufrirá la cadena de transporte; pero los fletes serán un factor positivo para un eventual crecimiento de la demanda.
- La digitalización
Es y será un elemento agregador para el desarrollo de los mercados, de los tráficos y el abaratamiento de los costes motivado por un menor uso de papel, limitación de los tiempos de gestión de las operaciones….., con lo que los intercambios se producirán con mayor rapidez y ahorro de costes, del orden de miles de millones de dólares.
Interesante, en fin, la perspectiva de 2023, si no fuera porque los nubarrones no nos dejan ver el horizonte prometedor que todos tenemos en mente.