Seamos sinceros: ¿No es lo mismo la vida de un sirio, moreno, de cutis oscuro y vestido con ropa de cualquier tipo, que la de un ciudadano de Bruselas, París, Londres, Madrid, etc. en su plenitud?
Los niños son otra cosa: los niños, como el pequeño sirio fallecido en las playas griegas y tantos otros que han venido después, son niños: el futuro de la humanidad: ¿de qué humanidad? Eso no está claro. Si desde Hungría, Polonia, Chequia, etc. están dispuestos a no acoger a seres humanos que huyen de la guerra y la miseria, la cuestión que plantean es relativamente sencilla: no quieren contaminarse. No quieren que sus niños en un futuro próximo sean de piel más oscura y recen a otros dioses que los que hoy mandan en el cielo de estos países. ¿Es esto verdad? Pues parece que sí.
Y poco valen las vidas de los que se arriesgan a cruzar diez millas, ¡diez millas! desde la costa turcas a la las griegas de Lesbos. Oiga, pero, en diez millas de agua ¿no se puede poner un control? Pues parece que no. Y ni siquiera la OTAN con todo su poderío puede parar a aquellos que se forran literalmente cobrando 1.000 euros por persona para pasar el canal de agua.
De manera que hay quien gana dinero moviendo gente en neumáticas por mar con el resultado que se conoce: la Armada Turca, la OTAN, y otros están en otro sitio; Grecia, que no tiene un duro, debe atender de inicio el problema; ni los serbios, ni los macedonios, ni los albaneses quieren saber nada del asunto. No es su guerra; desde la UE le vamos a dar 6.000 millones a Turquía para que “aguante la marea” que viene de Siria, Irak y otros lugares. ¿Qué pasa después? Ya se verá.
¿No sería mejor darle 2.000 millones a Grecia y 4.000 millones a Turquía y que Grecia organizara los campos de acogida, chequeo y distribución de los refugiados? ¿Y poner controles marítimos a las salidas fraudulentas con las mafias desde Turquía y organizar las salidas desde ese país? ¿Y poner controles en tierra en Túnez, ayudando al Gobierno tunecino)? ¿Y hacer lo propio en Libia? ¿Y poner a la OTAN a funcionar en el Mediterráneo?
Está meridianamente claro que si no se acaba la guerra de Siria, y aun si se acaba, cuando venga el buen tiempo, la marea humana, vía Turquía-Grecia, vía Libia-Túnez, va a ser de órdago. Y la UE debe de ser capaz de organizar, controlar y absorber la parte que le toque de toda esta migración humana.
Porque una vida humana es irrepetible. Es de igual valor que otra. No es mejor la vida del Sr. Trump, que la vida de un ciudadano sirio o iraquí que trata de huir del fuego y la destrucción. Trump o cualquiera de nosotros tuvo más suerte de de venir a nacer en un lugar más pacífico, de momento.
Todas las vidas son irremplazables y por eso su valor es inconmensurable. En cada vida que se pierde, todos perdemos. Y cuanto antes nos demos cuenta, mejor.