El crucero sufrió un fallo del auxiliar número 5, que acabó incendiándose. Eran las 6 de la mañanaat del segundo día de viaje, con unos 3000 pasajeros, desde Long Beach a la Riviera mejicana. La investigación del accidente revela que el sistema fijo de contraincendios de la sala de maquinas se activó 15 después del inicio del fuego, retraso que se debió a que alguien, desde el puente, había alterado el programa de alerta y activación del sistema.
Este error permitió que el fuego se extendiera y causara daños en la planta eléctrica y en los motores de propulsión. La investigación también apunta a una deficiente actuación de la tripulación en la extinción del incendio y a fallos de funcionamiento en el sistema de CO2. No hubo daños personales. El buque quedó a la deriva, consiguiendo finalmente llegar al puerto de San Diego, en California, tres días después, el 11 de noviembre.
Poco después del siniestro, con la investigación ya avanzada, el Coast Guard de los Estados Unidos (USCG), publicó dos “alertas de seguridad” sobre el mantenimiento y las pruebas de los sistemas de CO2. La propia Carnival Cruises también instruyó a todos sus buques para que cambiaran el programa informático que permtía realizar cambios en los automatismos del sistema contraincendios.
El informe defintivo recoge cinco recomendaciones, dirigidas a la empresa armadora, a la clasificadora, Lloyd’s Register, y al país de bandera, Panamá. Todas ellas se refieren a la organización de ejercicios contraincendios, la formación de la tripulación y el mantenimiento y revisión del sistema fijo de CO2.