La decisión que, según la prensa nacional de cada país, no ha contentado ni a unos ni a otros por su carácter salomónico, otorga mayor espacio marítimo a Nicaragua, al tiempo que certifica la soberanía colombiana en las islas y cayos del archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, reclamadas por Nicaragua.
Así mismo, corrobora la soberanía del país sudamericano en las islas de Alburquerque y Bajo Nuevo, y en los cayos Este-Sudeste, Roncador y Serranilla. A las islas de Quitasueño y Serrana -también colombianas- les ha otorgado 12 millas de aguas territoriales. No obstante, a partir de este límite, amplía el espacio marítimo de Nicaragua hasta el punto de rodear con sus aguas los territorios marítimos de ambas (ver imágenes adjuntas).
Según varios analistas internacionales el fallo del Tribunal de La Haya ha beneficiado a los intereses nicaragüenses. Tanto es así que el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, rechazó la sentencia y no descartó mecanismos legales para defender los derechos del país en el área disputada del mar Caribe, rica en recursos petroleros y pesqueros, pese a que los fallos del Tribunal Internacional son inapelables.
El representante centroamericano en La Haya, Carlos Argüello, afirmó que el fallo es favorable a los intereses de su país: «Dentro de lo que nosotros habíamos previsto, esto era el mejor resultado posible, así que estamos muy contentos todos». Por su parte, Julio Londoño, representante de Colombia en el Tribunal explicó que «tenemos que estudiar cuidadosamente los detalles del fallo para trasladarlos al Gobierno Nacional, que tomará las decisiones que considere adecuadas después de un análisis cuidadoso».