Yo tengo una profesión, Viento-bajo-mis-alas un curro. Maestra. Ha elegido el cole más chungo de una ciudad con más hambre y lágrimas que la fachada que quiere vender. Niños que vienen al cole a comer, con suerte con un padre en el trullo, cuando no desconocido, extraños en tierra extraña huyendo de una patria que ya no existe, sin ni siquiera poder escuchar nuestra compasión, pues no hablan nuestro idioma.
Termina la jornada a veces con lágrimas, pero con un subidón. No, no termina. La noche tiene muchas horas y hay que escribir a un tutor, corregir un trabajo, ver mañana como enfocamos el problema de un niño en el claustro. Entusiasmada, me cuenta mientras tomamos un chai (un té)en el pequeño Paquistán del Raval. No, no ha conseguido que comprendieran el sintagma nominal, De hecho, muchos ni se han dignado en levantar la vista del móvil. Pero ese que viene del reformatorio ha aceptado un abrazo, quizás el primero desde que años atrás abandonó su país. Si mañana me haces los deberes te doy otro, y te prometo te reviso el suspenso, que tú puedes. Me enseña con orgullo el examen de una niña a la que la vida no pudo darle peores cartas. Piensen muy chungo, y se quedan cortos. ¿Qué le ponemos? Diez me parece poco.
Les parecerá extemporánea esta rajada (tal como dirían los que a veces llamamos despectivamente “los que nos han de pagar la pensión”). Es relevante por dos motivos: primero, porque aún quedan maestros, en ambos sentidos de la palabra, que luchan para que no se pierda la cadena de conocimiento. Si no les hablamos de Gloria Fuertes y su vespa, de los eructos y regüeldos del Quijote, de aquel maestro que me dejó, pero está siempre a mi lado, y cuyo nombre no voy a decir pues cada vez que lo pronuncio lloro, nuestros hijos no los conocerán, y su belleza se perderá por siempre. Segundo, porque aún quedan alumnos. Alguna vez Viento-bajo-mis-alas ha tenido que dar la clase solo para un alumno, el resto pasando de todo. No es su culpa, sino de una sociedad que no ha sabido explicarles que aprender es sexy, como dice ella, pero es lo que hay. Y ese alumno marcha por la noche no a un hogar como el que usted y yo tuvimos, pero viene por la mañana con los deberes hechos. Mundo, que lo sepas: tienes que amanecer mañana, tienes que dar una nueva vuelta, aunque solo sea por esto.
Vamos a hablar hoy con los alumnos de una de las carreras sino más difíciles del espectro académico, sin dudar una de las más duras. Cinco años para una ingeniería mecánica y además ser lo que los catalanes llamamos desde hace mil años, senyor de la nau, y oficial de las fuerzas armadas. Tres oficios que llenan una vida.
JUAN SEBASTIAN DE ELCANO, una universidad a toda vela
Buenos días, damas y caballeros. Me presento brevemente: Me llamo Miguel Aceytuno, y dedico mi vida a esos grandes ordenadores que salen en las películas, a escribir sobre gente que vale la pena, y como dice el poeta, a otras cosas que no voy a revelar. Llamadme Miguel, abuso hoy de las citas, y permitidme que os tutee, desde el respeto y la admiración. Hay una tradición fascinante en la Armada: os hace pasar de niños a adultos cruzando una puerta. Al entrar en la Escuela Naval Militar vuestros padres os dan un beso, dejáis la habitación con el poster, digamos de Sandra Sánchez. Al minuto siguiente se os exige un comportamiento muy diferente al que los viejunos llamamos “esa juventud”. El vestir, el respeto, el obedecer a la jerarquía aun pensando que lo que dice puede ser erróneo.
Aun así estáis aquí. Y encima un plumilla como yo aquí con estas preguntas os hace perder el tiempo. Vuestra rutina diaria no tiene que dejar mucho tiempo libre.
Nuestros lectores recordarán sus tiempos en la universidad… en particular, yo me acuerdo de aquel bar donde… Por favor, contadnos en que se diferencian vuestros estudios de los compañeros que cursan la ingeniería civil.
Respuesta. En la Escuela Naval Militar, los alumnos compaginamos las exigencias de una carrera como es la ingeniería mecánica con la carrera militar, tanto las asignaturas como la parte práctica. Esto no es todo, hay que sumar la disciplina propia de toda unidad militar. Todo ello aporta una capacidad de decisión y liderazgo bajo presión que no lo aporta una carrera civil.

Pregunta. Para vuestros profesores: tiene que ser maravilloso transmitir conocimiento y tradiciones que son la base de la mar desde hace siglos, evitar que se rompa una cadena de conocimiento que lleva a Escaño, a Roger de Lluria… Pero hemos de formar un marino, un oficial y un ingeniero en cinco años. Mucho ha de quedar fuera, aunque el día de los chavales tenga 48 horas. ¿Se consigue el equilibrio?
R. Efectivamente, como usted comenta se quiere aglutinar en muy poco tiempo (cinco años) una formación integral en valores, técnico-científica y en liderazgo, pero a la vista está de que los planes de estudio han ido evolucionando y adaptándose al tiempo, dando a la Armada los oficiales que esta necesita en cada momento. Es importante señalar además que la formación de un oficial de la Armada no termina en cinco años, ni mucho menos. No hace más que empezar. La formación que tenemos es continua a lo largo de toda nuestra carrera en activo.
P.Cuando al volver a casa quedáis para tomar una birra con la peña, ¿qué sentimiento os queda? Médicos, mecánicos, no renuncian a derechos como la libertad de expresión, la política, incluso la forma de vestir o comportarse. ¿Como se lleva esta dualidad civil y militar?
R. Como siempre se dice, el ser militar no es un trabajo; es una forma de vida. Muchos de los valores y enseñanzas que uno aprende sirviendo a su país desde la Armada son perfectamente aplicables al mundo civil. La puntualidad, la autoexigencia, el valor, la disciplina, el compañerismo, el espíritu de equipo, el espíritu de servicio… ¿Qué empresa privada o familia no quiere personas que sigan estos valores? Es una gran suerte que podamos convivir con ambos mundos con tanta facilidad y que sean complementarios. Al final, nuestra razón de ser es servir a los ciudadanos de nuestro país.
P. Muchos de vosotros venís de familias con tradición en la Armada. Esto puede explicar que hayáis elegido este camino. A los que no venís de este entorno, ¿Qué os hizo pensar en la Armada como carrera profesional?
R Es cierto que la Armada es la rama de las Fuerzas Armadas que mantiene más la tradición familiar. Como comentaba anteriormente, se vive como una forma de ser y estar; no como un trabajo con un horario que termina a cierta hora. Y una familia que tiene un miembro de la Armada es una familia que vive inmersa en este mundo. Es por ello que se muestra tan atractivo a las nuevas generaciones este estilo de vida.
P. Tenemos una Armada actual que se combina con la centenaria tradición de su antigüedad. España es un país que ha escrito buena parte de la Historia Mundial, a la cual es un privilegio servir desde las filas de la Armada, y eso es lo que ven, escuchan y finalmente viven los que eligen este camino. Barcos sin capitán, inteligencia artificial, guerra 4.0… ¿Sois los últimos de vuestro oficio? ¿Habrá en el futuro capitanes?
R Es cierto que la tecnología cada vez se hace más necesaria y que cada vez somos más dependientes de ella. Pero no solo en el mundo militar. La experiencia, la capacidad de adaptación a las variables en función de esa experiencia, la toma decisiones sabiendo las consecuencias, la asunción incluso de ciertas licencias que uno pueda tomarse cuando manda una unidad de la Flota son ideas que todavía las máquinas no son capaces de aportarnos. El ojo marinero no es una capacidad que se pueda crear. Hacen falta comandantes reales y ya le digo que los españoles somos muy buenos en ello.
P.En este mundo de alta tecnología, ¿Qué enseña la vela, el subir a los palos?

R. Para poder conocer cómo trabajaban nuestros antepasados marinos no hay nada mejor que trabajar efectivamente como ellos. El trabajo en los palos del ELCANO involucra un gran equipo de gente que tienen que trabajar perfectamente coordinado y alineado, cada uno llevando a cabo su labor de la mejor manera. Cuando se ejecuta una maniobra y se ve el buen resultado, se puede sentir la íntima satisfacción del deber cumplido. Cada uno aportando su trabajo, para lograr un objetivo común.
P. Mucho se ha avanzado, pero quisiera preguntar a las señoras. ¿Hasta dónde ha llegado hoy la mujer en las fuerzas armadas, y hasta donde esperáis que llegue?
R. La mujer está perfectamente integrada en la estructura de la Armada. Fue un proceso que duró algunos años. Pero poco a poco vamos siendo más. Codo con codo con nuestros compañeros, trabajamos y vivimos por y para los españoles y sentimos una gran satisfacción del trabajo bien hecho. Las instalaciones y buques hace años que están preparados para albergar con decoro e intimidad tanto a hombres como a mujeres, así que lo único que queda es seguir trabajando para el beneficio superior de la Armada.
P. Un amigo, oficial de la Armada como vosotros seréis, dice que a un militar le gusta tanto la guerra como a un minero una explosión de grisú. Me parece una precisa analogía. Aun así, habéis elegido un camino que puede llevaros a situaciones mucho más duras que las que otro ingeniero puede esperar vivir. ¿Como se prepara uno para esto? Habladnos de este excepcional Erasmus a bordo del ELCANO.
R. Esta forma de vida es considerada una vocación. La razón es que todos los integrantes de la Armada estamos dispuestos a entregar nuestra vida en defensa de España y de sus intereses. Tanto es el espíritu de servicio que sentimos por nuestros compatriotas, y tan grande es el sentimiento de pertenencia a una unidad en la que uno no tiene compañeros, sino hermanos de armas, que así lo juramos antes de la enseña nacional y, si llegara el caso, sacrificaríamos la propia vida.
P. También tiene que haber momentos que llenan. ¿Qué os hace seguir adelante? ¿Qué es lo mejor que habéis encontrado?
R. Unos dirán viajar y otros hablarán de conocer España en profundidad. Pero lo que siempre le van a contestas, lo que es absolutamente inequívoco en cualquier unidad de cualquier ejército o de la propia Armada es su gente. El personal es el mayor de los exponentes que tenemos. El contar con gente que piensa como tú y que comparte experiencias contigo y que sabes que te cubrirán las espaldas si fuera necesario no tiene precio. El convertirse dos perfectos desconocidos en prácticamente hermanos por obra del trabajo al que os dedicáis es una cosa que ocurre en pocos trabajos, pero que te da una satisfacción inmensa.
P. Una última pregunta para vosotros y vuestros protos (profesores). Además de una universidad, el barco es una embajada flotante. A vuestros jefes y profesores quisiera pedirles que nos hablaran de ello. ¿Como se desarrolla exactamente? Y a vosotros preguntaros cómo os preparáis para asistir a reuniones, recepciones, o responder preguntas de plumillas como este, sabiendo que también sois parte de una embajada de España.
R. Hilando con la formación recibida en la Escuela Naval Militar, uno de sus grandes pilares es la imagen y la pulcritud en el actuar, hábitos que se inculcan desde el primer momento. Todo ello
sumado al gran respeto que todos sentimos por lo que hacemos y por los ideales que defendemos, nos llevan a estar más que preparados para representar a una institución como la Armada y por ende a España allá donde vayamos.