El miércoles de esta semana el Museo Provincial de Huelva inaugura la exposición «Las estaciones en la pintura de José María Franco. 1952/2012», una muestra promovida por la autoridad portuaria onubense en colaboración con Cepsa y con la Consejería de Cultura del Gobierno andaluz.
La exposición, que permanecerá hasta el 31 de enero del próximo año, contará con 97 obras, una de las cuales, es su primer bodegón, del año 1952. Asimismo, se ha editado una guía didáctica bajo la autoría de María Josefa Parejo, profesora de Geografía e Historia del IES Vicente Aleixandre de Sevilla, para la explotación didáctica de los contenidos expuestos en la exposición por parte de los escolares que la visiten.
Con esta exposición, según declaró en la presentación el delegado territorial de la Junta, «Huelva, y las instituciones anteriormente mencionadas, que la han organizado y financiado, rinden homenaje de gratitud a uno de los más insignes pintores que ha dado esta tierra, José María Franco Gutiérrez, hijo y padre de artistas».
Según explicó el portavoz de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía en la presentación de la exposición, “la pintura de José María Franco viene a ser una visión cromática de la historia de Huelva de los últimos sesenta años y un compendio de los frutos de una larga trayectoria de fecunda creación artística. Su paleta ha plasmado los más variopintos paisajes onubenses, desde las orillas del Guadiana en Ayamonte hasta los confines de nuestra Sierra».
José María Franco se formó en el onubense estudio de la Calle San Cristóbal, bajo la tutela de Antonio León Ortega y Pedro Gómez. Aquel estudio, marcaría el mundo de la cultura en Huelva en las décadas de los cuarenta y cincuenta del pasado siglo XX. Según palabras del artista, entró en dicho estudio como lo hacían los pintores del Renacimiento, «tensando lienzos, preparando pigmentos», realizando tareas subalternas y artesanas previas la propia creación artística pero necesarias. Pero no sólo aprendió de Pedro Gómez, también lo hizo de Vázquez Díaz, Gustavo Bacarisas o José María Labrador.
El artista y profesor de artes plásticas hasta su jubilación, ha destacado su vínculo firme tanto a la docencia como al arte a lo largo de su carrera así como su preocupación constante por transmitir a su alumnado la importancia de la lectura y la formación a lo largo de la vida para el proceso de creación artística.
A modo de símbolo, su pintura, corona la bóveda de la Capilla Mayor del Santuario de Nuestra Señora de la Cinta desde 1963, pintura vuelta a reproducir por el propio Franco en 2006 para sustituir a las anteriores, muy dañadas por la humedad.