El simulacro planteó el vertido de un producto disolvente mientras se realizaba la operación de descarga del buque quimiquero WHITE LADY, atracado en la terminal de Tepsa. El derrame, que se produjo por un error en el cierre de una válvula, era de carácter tóxico y dañino para el ecosistema acuático y para la salud.
Para hacer frente a esta situación, se activó el plan interior marítimo de la terminal y el del puerto de Barcelona -dirigido, este último, por el capitán marítimo-, así como el plan de autoprotección en fase de alerta. También se movilizaron todos los medios de respuesta de ambos planes.
Después de tomar las medidas oportunas de precaución por la toxicidad e inflamabilidad del producto, se procedió a contener la mancha y a recuperar el producto utilizando barreras, skimmers (dispositivo que permite separar el aceite del agua ) y absorbentes. Todas las embarcaciones disponían de equipos de protección individuales para cada tripulante.
El ejercicio permitió poner en funcionamiento y comprobar la eficacia de la operativa del plan del puerto, que fue recientemente elaborado. También se pudo ensayar la coordinación de los planes de la terminal y del puerto, así como el sistema de avisos y de movilización a través de la plataforma del PAU.
El simulacro ha contado con la participación del servicio marítimo de la Guardia Civil, la Policía Portuaria, Capitanía Marítima, Bomberos de Barcelona, Sasemar, las terminales portuarias químicas que disponen de plan interior marítimo (Tepsa, Terquimsa y Relisa) y el propio puerto de Barcelona.
Este simulacro se enmarca en el nuevo «Sistema nacional de respuesta ante la contaminación marina» (Real Decreto 1695/2012, de 21 de diciembre), que establece un nuevo marco normativo para los planes de contingencia contra la contaminación marina accidental. Según éste, los puertos deben organizar y planificar la respuesta ante el derrame accidental en el mar no sólo de hidrocarburos, sino también de sustancias químicas que puedan dañar el ecosistema marino.