La presidenta del puerto de Barcelona, Mercè Conesa, acompañada por el director general y la directora financiera de la autoridad portuaria, José Alberto Carbonell y Míriam Alaminos, respectivamente; han presentado esta mañana en rueda de prensa virtual los principales indicadores de tráfico y económicos del recinto del año 2020 que, a causa de la pandemia, han presentado un retroceso superior a los dos dígitos.
En la que –posiblemente- sea una de las últimas comparecencias ante los medios de la actual presidencia, Conesa ha iniciado su exposición señalando que “2020 ha sido un año complicado”. No obstante ha querido agradecer a trabajadores y empresas “por haber conseguido que el puerto no se haya parado”. Ha cifrado la factura del Covid-19 en 34 millones de euros, una reducción de ingresos debida a la caída de los tráficos y el apoyo de la autoridad portuaria a la liquidez de las mismas mediante el plan de choque llevado a cabo a mediados del pasado año. Conesa, en este punto ha indicado que “pese a que los resultados económicos no son comparables a los de otros años (se tiene que retroceder hasta el año 2006 para encontrar unas cifras similares) hacemos una valoración positiva en cuanto a la resiliencia”. Pueden acceder a los datos desde el enlace que acompaña a la imagen (en catalán).
Respecto a los tráficos, la presidenta ha indicado el mantenimiento de las exportaciones, el descenso de las importaciones y que “los primeros indicadores de este año (donde el tráfico total crece en torno al 3% y el de contenedores el 20% de 1 de enero a 18 de febrero) son positivos”, por lo que confía en que 2021, aún sin alcanzar las cifras de 2019 –para lo que se ha marcado un plazo de unos tres años- sea un año de crecimiento. Por lo que se refiere a 2020 “el puerto no ha buscado los resultados sino el acompañamiento a las empresas”, ha señalado.
Los objetivos para 2021 son, en este contexto, “la recuperación de tráficos, la detección de nuevas oportunidades y el impulso a la innovación”. Así, dentro de la planificación prevista, el puerto movilizará 24 millones de euros en bonificaciones y reducciones de coeficientes y continuará otorgando liquidez y rebajando el plazo para acometer pagos a proveedores.
Un descenso tres puntos por encima de la media estatal
Respecto de los tráficos en concreto, ha sido el director general quien ha dado la cara respecto de las cifras: descenso del tráfico total del 11,9% con el movimiento de 59,5 millones de toneladas por los 67,9 del año 2019. Recordar que el tráfico en el conjunto de las autoridades portuarias del sistema estatal fue en 2020 del 8,65%. Algeciras cayó sobre el 2% y Valencia mantuvo prácticamente los tráficos de 2019, por lo que crecen las diferencias.

En este punto, Conesa se ha limitado a señalar que “Valencia disfruta del efecto de capitalidad de Madrid y la apuesta por tener navieras que, al mismo tiempo, son terminalistas les ha ido bien”, pero quizá se ha echado en falta un punto de autocrítica.
En Barcelona durante 2020 y pese a la perspectiva que se abre en 2021, pocos han sido los tráficos que se salven del descenso: el tráfico de hinterland ha caído el 11,1%; los contenedores, el 11%; el Ro-Ro, el 15,5%; los vehículos, el 38,2%; los graneles líquidos, el 19,8%; y los que parece que se vehicularon de forma menos negativa son los sólidos, que mantienen cifras respecto al año 2019 (-0,6%). De los pasajeros, mejor, ni hablar: el descenso total es del 81,5%, con -56% los de ferries y -93,7% los cruceristas.
Motivos del descenso fuera de la Covid-19

Los motivos son muchos y variados: la pandemia por el Covid-19 que afecta al consumo sólo es una, pero no se debe focalizar únicamente en ella. Se debe añadir la pérdida de transbordos en favor de otros puertos durante gran parte del año 2020: la –quizá excesiva- acumulación de stocks; las repercusiones políticas y económicas de la situación en Catalunya; los costes de la estiba; la permisividad con algunas empresas; la falta de apoyo del Estado a la creación de infraestructuras necesarias para el crecimiento; una capacidad de influencia mejorable en las negociaciones con navieras, terminales, logísticas, o la falta de sintonía con las algunas Administraciones; los costes de estancia en puerto de los buques o los de utilización de espacio portuario; o una comunidad portuaria (cuyos máximos exponentes llevan muchos años al frente) que ha visto desplazado su liderazgo en los últimos años hacia directivos en Madrid o Valencia, por ejemplo; o a la toma de decisión desde los cuarteles generales de las multinacionales.
Barcelona fue el puerto que más creció en Europa en el año 2017, con incrementos del 26% en tráfico total y del 32% en contenedores y el ambicioso plan estratégico presentado en 2015 por el expresidente Sixte Cambra con el que se preveía llegar a los 70 millones de toneladas movidas en 2020 iba muy bien encaminado. La largamente reclamada autonomía real para la gestión y que ésta sea de proximidad sería un paso para revertir esta situación… pero se debería hacer desde posiciones relevantes y de liderazgo de las que, quizá por errores de cálculo, carece Barcelona a día de hoy. Retomar esta posición primordial será posiblemente la principal misión del futuro presidente de la autoridad portuaria una vez que Mercè Conesa sea cesada en su cargo, como todo parece indicar tras las últimas elecciones a la Generalitat.
Economía y sostenibilidad: brotes verdes
Pese a todo, hay cifras para la esperanza, sobre todo en lo que se refiere a la fortaleza económica: pese al impacto de la pandemia, el puerto de Barcelona ha cerrado el ejercicio de 2020 con un resultado económico positivo de 17 millones de euros.

En 2020 llegó a una cifra de negocio de 139 millones de euros, un 20% menos que en 2019, cuando alcanzó los 172 millones de euros. Según la directora financiera, este descenso se debe, principalmente, a la caída del tráfico total, que se ha traducido en una reducción del 25% de las tasas de utilización; a las bonificaciones aplicadas en las tasas de ocupación con motivo de la pandemia y que tienen a las terminales de pasajeros y contenedores y a los concesionarios del Port Vell como principales beneficiarios; a la reducción de la tasa de actividad por la disminución de los tráficos y a la eliminación del tope mínimo de actividad y al impacto indirecto por la caída de la tasa de ocupación.
Según Alaminos, “pese al impacto que la Covid-19 ha tenido en los resultados económicos del último ejercicio, la capacidad de generación de recursos de la entidad (cash flow) se mantiene en niveles más que aceptables: 66 millones de euros (-32%)”. En este sentido, “es importante que el cash flow se mantenga en una cifra elevada porque, para nosotros, es el dato más relevante, puesto que los puertos nos autofinanciamos y, con estos recursos generados, tenemos que abordar la devolución de la deuda y la realización de inversiones».

Otro brote verde está en el tráfico ferroviario. Así, la apuesta que el puerto hace desde hace años por la intermodalidad y la sostenibilidad medioambiental ha dado como resultado un incremento de la cuota del ferrocarril en el transporte de contenedores y de automóviles: en 2020 se ha cerrado con cerca de 265.000 contenedores movilizados desde recinto portuario a través del ferrocarril, cifra que supone un crecimiento del 6% respecto al año anterior y que sitúa la cuota ferroviaria de contenedores en cifras ¡récord: el 15%. En cuanto a los vehículos, se han transportado en tren 187.466 unidades, logrando otro récord, el 42% de cuota de mercado. Este transporte supone un ahorro anual de 51.000 toneladas de C02, eliminando 131.000 camiones de la carretera.
En cuanto a la inversión pública, la ejecutada en 2020 fue de 27 millones de euros, por debajo de las previsiones iniciales y que supone un retroceso del 56% respecto del año 2019. Según Conesa, “me gustaría hacer mención de las dificultades que seguimos teniendo en la hora de invertir. Es más necesario que nunca eliminar las barreras administrativas que dificultan mucho, las licitaciones de obras en los puertos”, ha señalado. En este sentido la presidenta ha explicado que el puerto pretende acelerar la inversión pública: para este 2021 están previstas actuaciones por valor de 50 millones de euros.
Destacar también que, desde mañana viernes se constituirá la comisión de seguimiento de los accesos terrestre al puerto de Barcelona, donde el director José Alberto Carbonell será el representante por parte de la institución portuaria. En la rueda de prensa también han señalado algunos acuerdos del consejo de administración celebrado ayer (que ampliamos posteriormente), como el permiso para analizar ubicaciones para poder desarrollar nuevas fases de la ZAL en el área metropolitana, bajo las premisas de la conectividad y las opciones de crecimiento.
Grimaldi y Baleària, nuevas instalaciones

Por otro lado, el consejo de administración del puerto de Barcelona, celebrado ayer aprobó ampliar la concesión otorgada a Grimaldi Terminal Barcelona con nuevos espacios en el muelle Contradique. Estos nuevos espacios permitirán mejorar la operativa de la terminal y facilitará el crecimiento de los tráficos actuales.
Grimaldi Terminal Barcelona, situada en el muelle de Costa, incorporará una superficie de 27.522 m², que corresponden a dos terrenos del de Contradique situados junto a la concesión actual, de 64.221 m². La concesión de esta terminal, que era de 15 años, se prorroga, de este modo, en seis años más.
La concesionaria será la encargada de realizar las obras necesarias de pavimentación y urbanización, drenaje, red eléctrica, etc. para que se puedan realizar las operativas de carga y descarga en condiciones de seguridad y eficiencia, con un presupuesto superior a los 4 millones de euros.
Por otro lado, el consejo también aprobó otorgar a la naviera Baleària una concesión para la instalación de una estación marítima temporal (en un edificio que también ocupa la terminal Port Nou) para el pasaje que embarca con su vehículo particular en las instalaciones del muelle Adosado. Esta estación marítima permitirá mejorar el servicio que Baleària ofrece actualmente en este muelle a los pasajeros que viajan entre Barcelona y las islas Baleares ya que, hasta ahora tenían que realizar las gestiones de venta de pasajes, checking y facturación en las oficinas de la naviera, ubicadas en el muelle de Barcelona, El edificio provisional tendrá 453 m² y un aparcamiento de 2.687 m² de superficie. La concesión es para un plazo de ocho años.
No obstante, esta concesión se prevé que sea temporal, hasta que Baleària pueda disponer de una nueva estación marítima en el Sur del muelle Adosado y previa tramitación pertinente, para poder operar la totalidad de sus buques que escalan en Barcelona.
Nueva política de compliance
El consejo hoy también ha aprobado la política de compliance (cumplimiento legal), de la autoridad portuaria, que establecerá los mecanismos de prevención y control sobre los procesos internos de toma de decisiones.
Junto con la Política de cumplimiento también se ha aprobado el manual de prevención de riesgos penales que, después de realizar el análisis de riesgos, tiene el objetivo de identificar los posibles riesgos penales que pueden producirse en la organización y establecer cómo pueden mitigarse mediante los procedimientos y controles establecidos en la autoridad portuaria.