Se trata de la primera infraestructura ferroviaria de este tipo en el conjunto de los puertos españoles y pretende unir la instalación catalana con París, primero, y más adelante con Alemania quitando tráfico pesado de las carreteras europeas.
La inversión público-privada será importante, del orden de los 33 millones de euros. No obstante, el presidente del puerto advirtió que para que este nuevo servicio sea posible es necesario que el ministerio de Fomento agilice los accesos ferroviarios hacia el área Sur del puerto que, a día de hoy, están aún por licitar, tras más de un lustro de retrasos injustificados.
La autopista ferroviaria se trata de un servicio de transporte combinado ferrocarril-carretera, donde los camiones embarcarán directamente en el tren en la futura terminal para ser descargados en la terminal ferroviaria final y proseguir la última parte de su recorrido por carretera. El servicio se lleva a cabo sobre las vías férreas existentes y sólo requiere de inversión para construir la terminal que, en el caso de la del puerto, estará adaptada a la tecnología Modalhor.
Esta modalidad, implantada con éxito en Francia, permite transportar semirremolques con los que no se pueden usar grúas. Para cargar un semirremolque en el tren se tarda cinco minutos y para cargar el tren entero, una hora.
Las autopistas ferroviarias ya funcionan en diferentes corredores de mercancías europeos y permiten integrar de forma flexible el modo ferroviario en la cadena door-to-door. Conllevan una mejora en la eficiencia logística y una reducción del 10% del coste para semirremolque en comparación con el transporte sólo por carretera. La reducción del impacto medioambiental del transporte también es evidente, llegando a registrar 0,8 toneladas de emisión de CO2 menos cada 1.000 km.
Como se ha explicado, la nueva terminal se construirá sobre el antiguo cauce del río Llobregat, en terrenos del puerto de Barcelona. Su construcción, que requiere de una inversión de 33 millones de euros, y gestión se someterá a concesión.
Una vez construida la terminal será de uso público, abierta a los operadores que deseen hacer uso. Por ahora, la empresa de logística ferroviaria ViiA ya ha expresado su compromiso para operar varios servicios. Así, invertirá 120 millones de euros en material rodante propio para poner en marcha la primera línea Barcelona-Aulney (París) en 2019, y una segunda hacia Alemania en 2020.
Entre el 10% y el 13% del tráfico de vehículos pesados
La autopista ferroviaria se presenta, pues, como una oportunidad para desarrollar el transporte de mercancías por tren. Hay que tener presente que, actualmente, sólo un 2% de las mercancías que atraviesan los Pirineos hacia Europa lo hace en modo ferroviario.
En cambio, tanto los estudios del proyecto CLYMA como del proyecto iFreightMED demuestran que hay demanda de servicios ferroviarios internacionales de mercancías con origen y destino Catalunya. En concreto, la autopista ferroviaria desde el puerto de Barcelona podría captar el 10% del tráfico pesado que actualmente circula entre la capital catalana y París, y el 13% de lo que lo hace hacia Alemania. De hecho, sectores industriales de Catalunya como Mercabarna, el clúster de automoción y el químico ya han manifestado su interés en la terminal.
Igualmente, el estudio de mercado por los Corredores de la Red Transeuropea de Transportes determina que la demanda de transporte ferroviario de mercancías a través de la frontera catalano-francesa puede aumentar hasta más de un 700%.