Este acuerdo, rubricado ante el alcalde de la ciudad, Xavier Trias, y del conseller de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat, Santi Vila, establece las bases para implantar el gas como combustible alternativo a los derivados del petróleo, contribuyendo, al mismo tiempo, a la mejora medioambiental del entorno portuario y, por extensión, de la conurbación metropolitana de Barcelona.
De esta manera, el puerto catalán se convierte en el primer puerto del Estado, y también del Mediterráneo, que estará preparado para suministrar GNL y GNC a buques, vehículos de transporte y maquinaria de trabajo durante este mismo año.
Según explicó el presidente del puerto, refrendado después por el responsable de medio ambiente de la Autoridad Portuaria, Jordi Vila, el convenio con Gas Natural Fenosa persigue tres objetivos: por un lado, «mejorar la calidad del aire del recinto y del área metropolitana», por otro lado «hacer más competitivos los sectores logístico y del transporte» y, finalmente «consolidar al puerto como principal hub logístico del Sur de Europa, a través de la captación de aquellos tráficos que dependen de la provisión de gas natural». En este sentido, Cambra afirmó que «el GNL abre nuevas perspectivas [económicas y comerciales] para el puerto».
El ejecutivo del puerto también reflejó que Barcelona, con la firma de este acuerdo, encabezará el listado de puertos europeos que están implementando el uso de GNL en consonancia con los convenios internacionales, como el Anexo VI del Marpol, y la estrategia de Bruselas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, fundamentalmente del dióxido de azufre, el dióxido de carbono o los óxidos de nitrógeno, o la Directiva comunitaria para la reducción del contenido de azufre en los combustibles; todos ellos en el sector del transporte marítimo; o la Euro VI, el Stage IV y el Programa de Aire Limpio que impulsa Bruselas, dentro del transporte terrestre.
Desde la óptica económica, cabe reseñar que la mayor parte de las previsiones a 30 años indican que, como ahora, el gas natural continuará siendo un combustible más económico que los derivados del petróleo y, además, cada vez habrá un diferencial de precio mayor, un tema importante a la hora de reducir los costes del sector del transporte, y, principalmente, del marítimo, que copa cerca del 90% del mercado internacional en cuanto al comercio exterior.
El acuerdo con Gas Natural Fenosa convertirá a la instalación barcelonesa en el primer puerto del Mediterráneo preparado para el suministro de GNL a los buques y, además, contará con la primera estación de GNL y GNC para camiones y vehículos de transporte del sistema portuario español. Además, la Autoridad Portuaria ha sido también el primer puerto del Estado en incorporarse a la asociación Gasnam que incorpora a los principales clientes (productores, suministradores, cargadores, etcétera) de gas para la movilidad.
Además, según una nota de prensa conjunta, el desarrollo del GNL como combustible para buques y camiones es la medida que más puede beneficiar a mejora de la calidad del aire, según concluye en estudio realizado a partir del Proyecto APICE, financiado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional-Mediterráneo (Programa MED) y en el que participan, entre otros, la Generalitat de Catalunya, el puerto de Barcelona, la Universidad de Murcia o el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Por otro lado, está también próxima la inauguración en Barcelona de un punto de suministro de GNL, por parte de Enagás (que cuenta en el muelle de la Energía con la primera planta de regasificación de España), como combustible para las gabarras, como paso previo al inicio del suministro de éste a gran escala a los buques de mayor capacidad que operen desde las instalaciones catalanas. La obra supone la inversión de un millón y medio de euros.
También participó de la presentación del acto el catedrático de Estratigrafía y profesor de Recursos Energéticos y Geología del Petróleo, en la facultad de geología de la Universidad de Barcelona, Mariano Marzo. En su intervención, el docente dio una amplia visión económica de la fluctuación entre el petróleo y el gas natural, señalando que «existe el consenso de que el gas debe ir sustituyendo progresivamente al petróleo, que actualmente supone el 94% del uso de combustible en el sector del transporte».