El acto contó con la participación del conseller de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat de Catalunya, Santi Vila; el director general de Transportes y Movilidad, Pere Padrosa; el presidente de la Autoridad Portuaria, Sixte Cambra, y la cónsul general de los Estados Unidos en Barcelona, Tanya C. Anderson, además de los presidentes de los Propeller españoles de Valencia, Madrid, Castellón, Bilbao, Sevilla y Algeciras, y el vicepresidente segundo del International Propeller Club of the United States, Philippe de Gauw.
Albert Oñate, presidente del Propeller Club de Barcelona, hizo una especial mención a los socios fundadores del Club por la labor emprendida y el trabajo realizado a lo largo de estos veinte años y añadió que el Propeller ha atravesado “un camino sinuoso pero firme” y que “con mucho trabajo, con sus dificultades, con sus luces y con sus sombras, los socios y los directivos que han participado en este aventura, han sabido preservar el legado de los pioneros, y transmitirnos unos ideales que son de total validez en estos tiempos”.
Oñate también se refirió a la situación actual alegando que “a pesar de esta etapa de recesión económica, el sector portuario y logístico ha crecido de forma exponencial a lo largo de los últimos años” y que “el puerto ha aumentado en superficie, en diversificación, en volumen de carga y en calidad de sus instalaciones”.
Para el presidente del Propeller Club de Barcelona “la distribución de mercancías por tierra, mar y aire demanda un enorme capital humano para hacerla viable y eficiente”, y añadió que “para hacer funcionar todas estas infraestructuras se requieren profesionales de gran valía, con una buena formación y con un buen conocimiento de la realidad” y el Propeller Club de Barcelona “tiene el orgullo de tener entre sus socios a muchos de estos profesionales excepcionales, a emprendedores y a empresarios valientes”.
Durante la celebración de su XX aniversario, el Propeller Club de Barcelona otorgó por primera vez el «Premio Propeller», que en esta ocasión fue para la empresa Grifols, compañía dedicada al sector farmacéutico y hospitalario que durante las últimas décadas ha emprendido un proceso de expansión e internacionalización. Pere Padrosa y Albert Oñate hicieron entrega del galardón a Víctor Grifols, presidente de Grifols, que agradeció al Propeller de Barcelona el galardón.
Víctor Grifols manifestó que “recibir este premio del Propeller de Barcelona ha sido una verdadera sorpresa” y calificó de “muy interesantes” las actividades que lleva a cabo el Club. También hizo un símil alegando que “hoy en día, la logística es como la sangre del comercio internacional, porque sin logística no habría ni industria ni nada y ningún país podría desarrollarse”.
El Propeller Club de Barcelona, el primero en fundarse en España, celebró su puesta en marcha el 11 de noviembre de 1994. Actualmente el Club, el número 201 a nivel mundial, aglutina a cerca de 60 socios, todos ellos directivos y empresarios en activo, vinculados profesionalmente a distintos sectores industriales y al comercio internacional, especialmente en los ámbitos de la logística, el transporte y el sector marítimo-portuario.