Así se desprende del informe del CEDEX “Comparación de los niveles de riesgo asociados a la situación creada por el accidente del buque PRESTIGE y las derivadas de las alternativas de gestión alejamiento y Corcubión”. Claro que el informe parte, entre otros, del siguiente planteamiento: “La situación en ese momento era de que había un buque “subestándar” cargado con 77.000 Tm de hidrocarburos (fuel pesado) más combustible de propulsión, con un nivel de averías tan grave que el propio capitán daba por seguro que si no se le ayudaba, naufragaría. Después se comprobaría la falta de navegabilidad del buque para efectuar el viaje encomendado, los diversos problemas de la máquina, la inoperabilidad del remolque de emergencia, el deficiente estado estructural de los tanques de lastre, el colapso estructural del mamparo longitudinal de estribor, el agrietamiento por fatiga, las deficiencias de mantenimiento, el derrame de una cantidad indeterminada de fuel (un estudio ha estimado que hasta las 22 horas UTC del 13 de noviembre se habían derramado entre 10.500 y 21.000 m3), etc.” Posteriormente afirma que a las 22 horas del 13 ya se habían vertido unas 20.000 toneladas de fuel. En fin todo un despropósito, de tal modo que partiendo de falsas suposiciones se puede llegar a las conclusiones que se deseen. En el planteamiento también comparan la gestión del riesgo y exponen: “Es algo similar a la actuación de un médico que tiene que decidir si amputa un miembro a un paciente por el riesgo de que se extienda la gangrena”. Claro está que, también podría darse el caso de que el médico le ampute un miembro al paciente al diagnosticar una gangrena cuando realmente solo se trata de un moretón. Y lo que es peor, que se diagnostique algo grave o una muerte inmediata sin siquiera haber examinado al paciente. Y esto es lo que ocurrió, no se hizo una inspección del buque antes de arrojarlo contra un temporal con la consigna “hasta que se hunda”, es decir, enviarlo a una muerta segura.
El informe asume además, que por el hecho de refugiar al buque se iba a producir un vertido de gran magnitud, cuando en realidad es todo lo contrario, ya que la finalidad de refugiar un buque para evitar que el daño, o sea la herida inicial, siga aumentando y para salvar el buque y su carga. Incluso, llegan a afirmar que “No se debe olvidar que el ambiente social en aquellos momento era de una fuerte oposición….. Una decisión de llevar el buque a Corcubión probablemente habría provocado una reacción social, sin excluir el cierre del paso a la ensenada por embarcaciones pesqueras…., aumentado con ello las probabilidades de un siniestro próximo a la costa”. Sin comentarios. Todo es catastrófico, señalan que trasvasar la carga llevaría varios días, “al menos tres semanas, dados los problemas que el barco presentaba en el motor principal y el sistema de calefacción de los tanques de carga”. Ahora nos enteramos que para trasvasar la carga se necesita el motor principal. Efectivamente tenía varios serpentines rotos, como la mayoría de los buques que se dedican a este tipo de cargas, pero el PRESTIGE había descargado fuel en los viajes anteriores y sin mayores problemas. Los autores del informe deben ser unos “expertos” en materia de trasvase de cargas entre buques para sostener tales afirmaciones.
El informe del CEDEX incluye además 5 anejos. El anejo 4 “Efectos ecológicos del alejamiento del PRESTIGE” concluye que “la decisión de alejar el buque siniestrado de la costa pudo contribuir a reducir, o al menos a no incrementar, el impacto ecológico del hidrocarburo derramado”. Evidentemente si el derrame inicial, que según los cálculos de ITOPF era de 1.000 a 2 000 Tm, no se hubiera aumentado por las decisiones erróneas estaríamos hablando de un vertido 25 a 50 veces menor que el que se produjo y la longitud de costa contaminada sería de unos 200 kilómetros y no de 2.980.
Las conclusiones del informe y las declaraciones de las biólogas del CEDEX, con toda seguridad, dejarán asombrados a toda la comunicad científica gallega. Esa comunidad que fue totalmente marginada en el momento del accidente, aquel 13 de noviembre de 2002, a la hora de valorar soluciones y proponer alternativas. La misma comunidad que criticó abiertamente a la Administración por el alejamiento del PRESTIGE y que provocó una respuesta unánime e incluso enviaron una carta a la revista Science, firmada por 422 científicos españoles de 51 centros de investigación del país (33 universidades, 6 centros de IEO [Instituto Español de Oceanografía], 8 centros del CSIC [Consejo Superior de Investigaciones Científicas] y 4 centros autonómicos) donde, entre otros, puntualizaban que el alejamiento del barco fue responsable de la dispersión del vertido y de su amplificación temporal (Serret P, Álvarez-Salgado XA, Bode A. “Spain’s earth scientists and the oil spill”. Science 2003; 299:511b).
En el 2012 el Consello da Cultura Galega publicaba el libro “Recursos en I+D+i dedicados ao estudo dos efectos da vertedura do Prestige (2003-08). Avaliación e xuízo crítico” que fue coordinado por los profesores e investigadores de la Universidad de Santiago de Compostela, Victoriano Urgorri y Marcos P. Señarís. En la introducción, Victoriano Urgorri que es Catedrático de Zoología Marina en la Universidad de Santiago de Compostela y Director de la Estación de Biología Marina de la Graña (Ferrol), entre otros cargos, manifiesta que:
“El inexorable paso del tiempo demostró, como bien auguraban los científicos, que el alejamiento del barco de la costa y su periplo errático de norte a sur desataron el peor de los escenarios posibles, al extender la marea negra a Galicia, Costa Cantábrica Portugal y Francia. Como consecuencia de la alternativa elegida, el alejamiento del barco provocó:
§ 2.980 km de costa afectada
§ 1.137 playas contaminadas
§ 450.000 m2 de rocas impregnadas de chapapote
§ 526,3 toneladas de fuel en los fondos de la plataforma continental
§ mortalidad estimada de 115.000 a 230.000 aves marinas
§ 41.600 personas directamente afectadas (119.874 personas de empleo indirecto)
§ altos contenidos de HAPs en biota y sedimentos
§ etc
Victoriano Urgorri, que fue además uno de los miembros del Comité Científico Asesor que se creó tras el accidente del PRESTIGE, en el décimo aniversario de su hundimiento declaró a un medio de comunicación que: “Los daños provocados sobre los animales marinos fueron enormes. Durante los años 2002 y 2003, todos los ecosistemas marinos se vieron afectados, aunque quizá el que más daños sufrió a la larga fue el ecosistema costero intermareal. Tuvo un efecto letal para todos los organismos que entraron en contacto con el fuel”. También aseguró que: “La decisión más importante es la inicial. Creo que si se hubiese metido en el Seno de Corcubión o en la Ría de Ares habríamos tenido una marea negra de 5.000 toneladas y el resto se habría trasvasado. La decisión inicial de echar el barco hacia fuera produjo todo lo demás”. Parece que los científicos de prestigio y los técnicos coincidimos en que la solución era darle un refugio al PRESTIGE.
También el 21 de marzo de 2013 comparecieron en el macrojuicio los tres peritos biólogos propuestos por la Plataforma Nunca Maís, Martiño Nercellas, Xosé Luís Baleato y Alfredo López, autores del “Informe de los efectos del vertido del Prestige sobre las especies y espacios naturales protegidos del litoral gallego”. Manifestaron que en Galicia resultaron afectados 1 Parque Nacional, 1 Parque Natural, 20 LICs (Lugares de Importancia Comunitaria) y 6 ZEPAs (Zonas de Especial Protección para las Aves). Cuantificaron, en base a los registros de recogida de animales petroleados y aplicando la metodología de cálculo científico que existe a nivel mundial, una mortalidad de 125.000 a 300.000 aves, 337 a 841 tortugas, 33 a 84 cetáceos, 11 a 28 lobos marinos y 18 a 46 nutrias. Con los datos que presentaron y comparando con las principales mareas negras históricas, calificaron la del PRESTIGE como una de las peores a nivel mundial por el número de especies afectadas. Estos biólogos también hablaron, entre otros datos, del efecto crónico de los HAP y los metales pesados y su acción bio-acumuladora que se va incrementado mediante un efecto cascada en la cadena trófica.
Lo relatado hasta ahora no coincide para nada con el informe “Efectos ecológicos del alejamiento del PRESTIGE” realizado por el CEDEX donde además comparan el impacto del derrame del Aegean Sea con el del Prestige, como si se tratara de la misma carga. En el primer caso crudo ligero Brent con fuel oil pesado en el segundo y que por tanto tienen unas características físico-químicas muy diferentes.
En vez de buscar la verdad para que este tipo de siniestros no se repitan, se gastan millones y millones de euros del erario público para justificar las decisiones tomadas. Y todo con la complicidad del fiscal de medio ambiente de Galicia que debiera defender la legalidad y el interés público.