“Si le preguntas a cualquier persona del mundo marítimo te dirá que la función del Marine Surveyor es hacer preguntas y fotografías”. Con esta frase, Jorge Donaire, ‘marine surveyor’ (comisario de averías) define la consideración de una profesión que, desde hace años, busca un reconocimiento profesional y jurídico dentro incluso del sector marítimo y portuario. Donaire, que trabaja en Control System Survey, una empresa con sedes en Barcelona y Valencia, y que es una de las referencias del sector, recuerda que “durante el confinamiento de la primera ola de la Covid-19, los comisarios de averías tuvimos más trabajo que nunca, especialmente en el ámbito de la supervisión de la descarga de contenedores”.
Esta percepción la comparte Francesco Mortola, director general de Control System Survey, y tesorero de la Asociación Profesional de Comisarios de Averías (Apcai), creada el pasado mes de junio con el objetivo de defender los intereses de una “figura poco reconocida, pero que resulta esencial para las navieras y para cualquier agente que forme parte de la cadena del transporte marítimo”. Mortola lamenta que el trabajo de un ‘marine surveyor’ en muchas ocasiones se identifica de forma limitada al perito de una aseguradora, pero remarca que la tarea del comisario de averías va más allá. “Realizamos asesoramiento en las cargas, controles de estiba o supervisión del trincaje de un barco”. Mortola, originario de la localidad italiana de Génova, recuerda que “en Italia, el marine surveyor es una profesión que está mucho más regulada”.
Análisis del barco, control de las descargas, investigación en los siniestros, episodios de abordaje o de contaminación, revisión de los daños de un buque o determinar el estado de la mercancía son algunas de las tareas que llevan a cabo los comisarios de averías. En este sentido, para reivindicar la importancia de la labor que realizan los ‘marine surveyor’, Jorge Donaire alude que “nos hemos llegado a encontrar a 12 actores diferentes, cada uno con su comisario de averías, implicados en el accidente de un barco que transportaba mercancías”.

Marinos de formación, pero sin regulación
Mortola y Donaire coinciden en señalar que la función de un comisario de averías se asemeja a la de un detective, que “trata de buscar pistas e indicios desde que la naviera contrata la carga hasta que llega al destinatario, de forma que reconstruimos e investigamos todo el proceso del trayecto de la mercancía”. Aunque la gran mayoría de ‘marine surveyor’ son marinos de formación y capitanes de barco, salidos de las facultades de náutica en las especialidades de Máquinas, Puente o Ingeniería Naval, Mortola admite que las épocas de crisis son propicias para que se produzcan fenómenos como el intrusismo laboral. “Tras la crisis de 2008 se produjo una limpieza de profesionales que no tenían nada que ver con los comisarios de averías, pero el desprestigio de nuestra profesión, que no dispone de una regulación y de un reconocimiento, continúa”. Donaire complementa su opinión, apuntando que “en ocasiones nos hemos encontrado con que hasta a un arquitecto le permiten hablar sobre un accidente marítimo.
Fruto de esta inquietud y de la necesidad de recuperar el prestigio de la profesión, el pasado de mes de junio se reunió la primera vez la Asociación Profesional de Comisarios de Averías (Apcai), que tiene como objetivo principal el reconocimiento de esta figura esencial en el transporte marítimo. Francesco Mortola señala la importancia de que el comisario de averías sea un profesional independiente que, aunque pueda tener que defender los intereses de una empresa o naviera concreta, disponga de un marco jurídico en el que “podamos desarrollar nuestra experiencia, se defiendan nuestros intereses y se forme a las generaciones futuras para garantizar el relevo”.
Apcai está presidida por Juan Cascallar. Jaime Macpherson Grosso actúa como vicepresidente y José Luís Bastos como secretario. El cargo de tesorero lo ocupa Francesco Mortola, mientras que Íñigo Balzategui Alegría y Gabriel De Llano Monelos son vocales. En pocos meses, la asociación ya cuenta con más de 50 comisarios de averías inscritos de todo el Estado español.
Espera de 35 años para la legalización
Uno de los retos pendientes de los comisarios de averías es la legalización de su figura. De hecho, Jorge Donaire comenta que los primeros testimonios escritos sobre los ‘marine surveyors’ ya datan del siglo XIX. El vacío legal sigue desde entonces. En el caso español, el Boletín Oficial del Estado (BOE) legalizó la figura de los comisarios de averías en 1986, pero un recurso de los Ingenieros Industriales frenó el reconocimiento tras una sentencia del Tribunal Supremo de 1989, en la que se anulaba la disposición sobre esta figura.
Ante “el desprestigio y la marginación que sufrimos”, la asociación Apcai ya ha iniciado contactos con aseguradoras, Marina Mercante y la Dirección General de Seguros para avanzar en el reconocimiento jurídico y profesional de la figura del comisario de averías. Francesco Mortola siempre que cita a la asociación tiene como referente la International Institute of Marine Surveyors (IIMS), una organización mundial, a la que él pertenece, y que está formada por 856 ‘marine surveyor’, funcionando como una herramienta de promoción y difusión de sus tareas.
Mientras no llega la anhelada regulación específica, la Apcai se marca como objetivos fomentar el conocimiento de las funciones que llevan a cabo los comisarios de averías a través de charlas y cursos. “Se trata de que nos conozcan los profesionales que navegan a bordo y también acercar el mar a las empresas externas que acaban viviendo de él”. Apcai considera que ese objetivo de realizar pedagogía del transporte marítimo servirá para conocer, reconocer y valorar una figura que, indudablemente, hace algo más que preguntas y fotografías.