Hemos conocido hace unos días la dimisión voluntaria, una más, del presidente del puerto de Santander, Jaime González. Un buen gestor, que lo ha demostrado durante años en el cargo.
En la exposición de los hechos que motivaron su decisión, Jaime González se mostró muy crítico con el marco estratégico y con determinadas personas de Puertos del Estado y, entre otros extremos, afirmó que el sistema portuario y el marco estratégico son muy mejorables.
Nada nuevo bajo el sol. Sin embargo, en el caso de Jaime González su dimisión arroja algunas sombras. En julio del 2020 se celebró, en el palacio de la Magdalena, a bombo y platillo, la aprobación del nuevo marco estratégico de Puertos del Estado para los próximos diez años, en el que algunos de los más importantes temas fueron la cogobernanza y la autonomía portuaria.
El pasado 26 de julio escribí un artículo de opinión en NAUCHERglobal (ver enlace) referido a este tema, en el que ponía de manifiesto la pantomima del evento. Nada cambiaría, todo seguiría igual. Los redactores del nuevo texto se dedicaron simplemente a barnizar el anterior con micras de planteamientos etéreos para no cambiar nada y así continuar ellos mismos manejando los hilos portuarios.
Lo que hicieron fue una serie de discursos fatuos, exentos de contenido, cuyos objetivos eran difusos y muy manidos. Eso sí, aplausos, parabienes y fotografías, despidiéndose después con ese triunfalismo que les caracteriza, ¡hasta dentro de diez años! Al final del teatral acontecimiento aplaudieron por el esfuerzo y buen trabajo llevado a término.
El hoy ex presidente, que actuó de anfitrión del evento, también elogió, aplaudió, felicitó y agasajó a los redactores de la elaboración del ‘marco estratégico’ por el buen trabajo realizado; pero no tuvo en cuenta las consecuencias del nuevo texto para el futuro de los puertos. Y eso le ha pasado factura.
Es evidente que los efluvios y el boato del evento superaron su experiencia y conocimientos portuarios, puesto que no se entiende un cambio de opinión tan radical en tan pocos meses. Cambio de opinión con la que me identifico plenamente. La desilusión es enorme y la decepción aún más, cuando trabajas con profesionalidad y tratas de hacer lo mejor en el puerto. Y sobre todo cuando llamas, te reúnes, hablas, expones… a esa comunidad de intereses particulares del ente público de Puertos del Estado y son todo impedimentos y mirar para otro lado.
Tengo la impresión que esto es lo que le ha sucedido a Jaime González, se le cayó la venda y ha visto que el famoso ‘marco estratégico’ era papel mojado, un panfleto sin ningún objetivo de mejora portuaria; una manera de cumplir con los plazos que la ley exige… y seguir los de siempre abrevando en ese pozo de aguas amansadas de, resquemores, resentimientos, prebendas e impericias.
La sangría de buenos profesionales del sistema portuario a lo largo de los años constituye una verdadera lástima. Es evidente que hay gente dentro del ente público Puertos del Estado a quienes no les interesan los buenos profesionales ni los buenos gestores ni que los puertos prosperen y se desarrollen como deberían. Para mayor desgracia, quienes de verdad deberían irse por ineptos, permanecen enrocados en sus cubículos.
Creo que el sistema portuario español levantará cabeza el día que los puertos periféricos gocen de la autonomía necesaria y no tengan que depender de Puertos del Estado, un organismo obsoleto y tremendamente politizado. Al menos, tal como está configurado en la actualidad.
* Nota del Director: NAUCHERglobal, en su función pública como medio de comunicación, está abierto a las opiniones y exposiciones que los diferentes intereses nos hagan llegar, siempre desde el respeto, tanto desde la esfera empresarial, como desde la laboral, pasando por la Administración. No por ello, en cualquiera de los casos, tiene que compartir necesariamente su contenido.