El juicio sigue adelante en la ciudad de Grosetto, simultaneando las sesiones con los trabajos de adrizamiento y reflotamiento del COSTA CONCORDIA, recientemente finalizados con éxito (ver noticia).
Lo más interesante que se ha podido oir en la sala del juicio, hasta hoy, podemos resumirlo en unos pocos puntos.
1. En una declaración que le deshonra, Schettino, a quien la prensa italiana se refiere como el “capitán cobarde”, declaró que la culpa del siniestro era del timonel de guardia en el momento de la embarrancada, el marinero indonesio Jacob Rusli Bin, que confundió sus órdenes y las ejecutó demasiado tarde (ver el artículo publicado en NAUCHERglobal).
2. Domnica Cemortan, la bailarina moldava que había cenado con Schettino poco antes del siniestro y que se hallaba en el puente (autora al parecer de un video que muestra la inacción del capitán tras la primera embarrancada), declaró ante el tribunal que en efecto ella era amante del capitán del COSTA CONCORDIA desde 2011 y que se hallaba a bordo del crucero para acompañar a su amante, sin pasaje y sin más cometido a bordo. Cemortan de 26 años, 27 años menos que Schettino, hizo durante el último año diversas declaraciones a la prensa en las que intentaba eludir la verdad, inventando una curiosa historia como “contratada” por Costa Crociere aunque todavía no trabajaba a bordo.
3. El primer oficial del buque, Giovanni Iaccarino, de 50 años de edad, declaró en la sala que el desvío hacia el Giglio no estaba previsto y fue una decisión personal del capitán cuando ya habían salido de Civitavecchia. Él se encontraba en un camarote jugando a la play station con otro oficial de cubierta cuando sintió la embarrancada del COSTA CONCORDIA. Subió al puente de inmediato y se encontró con un capitán lívido, paralizado por el pánico, incapaz de reaccionar y tomar las decisiones adecuadas a la situación. “¡Qué desastre!, me dijo el capitán cuando me vio en el puente”, declaró Iaccarino. “Nunca había visto antes al capitán en ese estado mental”, añadió.
4. El oficial encargado de la navegación y de las cartas náuticas, Simone Canessa, por su parte declaró que el capitán se cambió el uniforme por ropa de calle antes de abandonar el buque, dejando a bordo varios cientos de pasajeros y tripulantes. “Cuando le dejé en el puente [después de la embarrancada], el capitán vestía de uniforme con galones. Cuando le volví a ver [todavía a bordo] llevaba una chaqueta azul de calle, sin galones”, declaró. Canessa confirmó que la decisión de desviarse hacia el Giglio la tomó Schettino después de salir de Civitavecchia, pocas horas antes de la embarrancada. Y confirmó también que la orden de abandono de buque la tomó Schettino después de hablar por teléfono con un directivo de la compañía armadora, Costa Crociere, cuando ya muchos pasajeros se habían reunido en los lugares señalizados, dirigidos por la tripulación. Sobre el estado del capitán tras la embarrancada, Canessa lo definió como “alelado, incapaz de reaccionar”.