El IEO se dedica a la investigación en ciencias del mar, especialmente en lo relacionado con el conocimiento científico de los océanos, la sostenibilidad de los recursos pesqueros y el medio ambiente marino, también trabaja en acuicultura y representa a España en la mayoría de los foros científicos y tecnológicos internacionales relacionados con el mar y sus recursos. Sus tres grandes áreas son: pesquerías, medio marino y protección ambiental y acuicultura.
“Como país ligado al mar, España ha tenido en el IEO un activo importantísimo de su ciencia durante un siglo”, según Carmen Vela, secretaria de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación. “Además, como organismo asesor del Gobierno en asuntos oceanográficos, ha demostrado su capacidad para actuar con rapidez, eficacia y seriedad en casos de crisis”, añadió. “En definitiva, el IEO celebra su centenario con la tranquilidad que confiere el trabajo bien hecho, por lo que deseo que estos 100 años sean sólo el inicio de una andadura plena de éxitos en el apasionante mundo de la oceanografía”.
Por su parte Eduardo Balguerías, director del IEO, aseguró que éste “ha superado cien años de historia gracias al trabajo serio, riguroso, leal y callado de todas las generaciones de investigadores, técnicos y personal de gestión que han pasado por él. Ellos han sido, son y serán su gran activo, su capital más preciado. La excelencia de sus investigaciones al servicio de la sociedad ha mantenido a la institución en una posición de preeminencia científica, posicionándola para cumplir con los retos del siglo XXI. Creo que si no existiera el IEO habría que inventarlo”.
El IEO fue uno de los primeros organismos científicos del mundo que se dedicó exclusivamente a la investigación del mar y sus recursos, cosa que desde el primer momento realizó –gracias a su fundador, el profesor Odón de Buen, un científico de talla internacional- con planteamientos revolucionarios para la época, con una visión integral del ecosistema (no por especies aisladas) y con la idea de sostenibilidad de la pesca. Aunque De Buen no los llamó así, estos conceptos estuvieron claramente presentes en sus investigaciones y directrices, así como en el propio Decreto fundacional del IEO.
El IEO cuenta este año con un presupuesto de más de 60 millones de euros. Tiene en su plantilla a 636 trabajadores, de los cuales 223 son científicos, 306 técnicos y 107 personal administrativo. El porcentaje de financiación externa sobre la total fue del 13,5% en 2013.
Actualmente, depende de la secretaría de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación del ministerio de Economía y Competitividad y cuenta con nueve centros oceanográficos: Santander, Gijón, La Coruña, Vigo, Cádiz, Canarias, Málaga, Murcia y Palma de Mallorca. Además cuenta con varias unidades mixtas en asociación con universidades, como la de Gandía, con la Universidad Politécnica de Valencia; la de Alicante; la de Cantabria; y las todavía en gestación con las universidades canarias.
Igualmente, el IEO forma parte de todos los Campus de Excelencia Internacional con orientación marino marítima, en concreto, el Campus do Mar, el Ceimar, el Campus Tricontinental y el Campus Mare Nostrum.
La flota oceanográfica del IEO está formada por cuatro buques importantes y numerosas embarcaciones menores. Además del veterano CORNIDE DE SAAVEDRA, de 66,7 metros de eslora, que terminará sus más de 40 años de vida útil a finales de este año y se espera convertir en museo, cabe destacar el Ramón Margalef y el ÁNGELES ALVARIÑO, ambos de 46,7 metros, y botados en 2011 y 2012 respectivamente, así como el recién modernizado FRANCISCO DE PAULA NAVARRO. También cabe mencionar, el submarino no tripulado o Vehículo de Observación Remota (ROV) LIROPUS 2000.
Se trata de una flota multidisciplinar, potente y competitiva, dotada de un equipamiento científico completo, moderno e innovador, que permite desarrollar una investigación científica rigurosa y exigente, dando además respuesta a los requerimientos de asesoramiento al Estado y las demandas de la sociedad en relación con el medio marino.
Además, el IEO cuenta, entre otras instalaciones y equipamientos relevantes, con cinco plantas de experimentación de cultivos marinos, 12 estaciones mareográficas y una estación receptora de imágenes de satélites.
Los avances científicos que ha logrado el IEO en estos años son innumerables y abarcan todas las disciplinas de la investigación marina. Se han desarrollado cientos de campañas oceanográficas, algunas de ellas repetidas sistemáticamente en los mismos lugares varias veces al año, lo que ha permitido estudiar con gran fiabilidad la variabilidad climática de los océanos y la distribución y abundancia de los recursos vivos marinos.
Otras han dado lugar al descubrimiento de nuevos ecosistemas y especies, aumentando nuestros conocimientos sobre la biodiversidad de los mares y permitiendo proponer la creación de nuevas áreas marinas protegidas, tanto en aguas españolas como internacionales.
En acuicultura el IEO ha sido protagonista de importantes avances, como lograr por primera vez a nivel mundial cerrar el ciclo biológico de algunas especies de alto valor comercial como el bonito o lograr las primeras puestas viables en cautividad de especies tan amenazadas como el atún rojo.
En materia de pesca, el IEO lleva desde su fundación asesorando a las administraciones en aras de lograr una explotación sostenible de las especies. Por un lado evaluando científicamente, cada vez con más precisión, la abundancia de cada recurso y las cuotas máximas admisibles y, por otra parte, investigando la eficiencia de las artes e innovando en nuevos sistemas que ayuden a lograr su sostenibilidad.
También está siendo protagonista en la implantación de las estrategias marinas de la UE para la preservación del ecosistema marino en Europa, desarrollando un trabajo que permitió a la Comisión Europea calificar a España como el país que mejor trabajo hizo en el Mediterráneo y el segundo en el Atlántico. Al igual, ha sido protagonista en la designación de las nuevas Áreas Marinas Protegidas que formarán parte de la Red Natura 2000, gracias a su participación en el proyecto Indemares.
Además, el IEO siempre ha dado respuesta inmediata a las grandes crisis medioambientales, como el hundimiento del PRESTIGE o la erupción submarina de la isla de El Hierro, entre muchos otros.