Según el portavoz de la compañía Hoegh Autoliners, armadora registral del buque desde marzo de 2008, el HOEGH OSAKA escoró de forma brusca poco después de desatracar, en ruta hacia la salida de Southampton, y el práctico y el capitán decidieron que la mejor opción era varar el buque en el bajo Bramble, al norte de la isla de Wight.
Las autoridades marítimas y portuarias de Gran Bretaña, Maritime and Coastguard Agency (MCA), y Associated British Ports (ABP), decidieron, al conocer el suceso, establecer una zona de exclusión alrededor del buque para facilitar las tareas de los salvadores e impedir la llegada de curiosos. Además ofrecieron sendas declaraciones explicando el rescate de los 25 tripulantes del buque siniestrado, los esfuerzos que se estaban realizando para evitar cualquier contaminación con los aceites y combustibles de a bordo, y la operación de salvamento en marcha, contratada por la naviera con la conocida compañía Svitzer, del grupo Maersk.
El capitán de salvamento encargado del caso, John Noble, y el equipo técnico que le acompaña están estudiando la mejor opción para recuperar el HOEGH OSAKA. Barajan la posibilidad de dragar alrededor del buque para facilitar su salida o adrizarlo y sacarlo a remolque. En declaraciones a la prensa, Noble, ha sugerido que probablemente pueda adrizarse el buque utilizando los lastres, y que, sin duda, esa sería la mejor opción.
A diferencia de lo sucedido con el NORMAN ATLANTIC, ninguna autoridad se ha dedicado a intoxicar a la opinión pública con supuestas deficiencias del buque, que nada tienen que ver con el accidente, ni nadie ha mencionado al capitán o a algún miembro de la tripulación a fin de preparar a la opinión pública para su posterior imputación y detención. Simplemente, tanto las autoridades como la naviera han declarado que están en marcha las investigaciones necesarias para esclarecer las causas que provocaron la escora del buque, sin que el MAIB ni Hoegh Autoliners hayan anticipado ninguna de esas causas. Una prudente actitud profesional que contrasta con la costumbre de otros países, España sin ir más lejos, donde en un caso similar ya habría salido a la palestra algún político arrojado afirmando que el buque escoró debido a un corrimiento de carga imputable, naturalmente a la negligencia del capitán.