Ayer, día del Carmen, culminó con éxito la operación de remolque del histórico crucero AURORA desde los astilleros de la Armada rusa en Kronstadt, golfo de Finlandia, hasta el lugar de su fondeo permanente en San Petersburgo (Petrogradskaya), frente a la Escuela Naval Nakhimov. El AURORA fue remolcado por tres remolcadores del puerto de San Petersburgo, el LEONID BOCHKOV, el PAVLOVSK y el TUMAN, a lo largo de 21 millas por el río Neva, abriéndose para la ocasión los puentes que atraviesan el río: Blagoveshchensky, Dvortsovy y Trotsky. La operación estuvo dirigida por dos prácticos a bordo del AURORA, uno de río y otro de Rosmoport.
El legendario crucero AURORA, cuyo cañonazo dio comienzo en 1917 a la revolución bolchevique, fue botado en 1900, combatió en la guerra ruso-japonesa, 1904-1905, patrulló en el mar Báltico durante la I Guerra Mundial, 1914-1918, y resultó gravemente dañado durante la defensa de Leningrado en la II Guerra Mundial. De 123,7 metros de eslora y 16,8 metros de manga, el AURORA dejó de navegar en 1948.
Tras no pocas dudas y polémicas, finalmente la Armada rusa accedió en 1984 a convertir el AURORA en un museo a flote. En 2014, necesitado de urgentes reparaciones, el histórico crucero, convertido ya en una de las principales atracciones turísticas de San Petersburgo, fue remolcado hasta los astilleros de Kronstadt. Su regreso a San Petersburgo fue, según la agencia Efe, seguido por una multitud que aclamó al buque a lo largo de su navegación fluvial.