El suplemento cultural del diario El Pais, Babelia, publicó el sábado 19 de agosto de 2017 un artículo de Justo Navarro bajo el título “Abismo, resplandor, azar y viento”, anunciado en portada con el título de “Navegación de altura” y un largo subtítulo: “La Literatura del mar se afianza como género. Con el prestigio de la aventura y la eterna vigencia de sus clásicos, la novela náutica gana crédito como narrativa de calidad”. Con esos mimbres, a pesar de un uso perezoso del vocabulario, identificando por ejemplo náutico y marítimo, el lector podía esperar un recorrido sobre la literatura marítima, en particular sobre la literatura marítima española.
Gran decepción. El texto habla del mar en los términos míticos al uso: El mar tiene el prestigio de la aventura, con sus aguas vivas y volubles, siempre repetidas y siempre otras, a merced de la meteorología, los bandoleros y los monstruos oceánicos. Y cita a unos cuantos autores, anglosajones la mayoría, que han escrito sobre el mar. Un tal Richard Hughes, por ejemplo, autor de una novela publicada en 1929, “Huracán en Jamaica”, de la que confieso que desconocía su existencia. No faltan R. E. Dana y su relato “Dos años al pie del mástil” ni la mención obligada a Joseph Conrad con una frase sacada de “El corazón de las tinieblas” (Heart of Darkness). Sorprendente me pareció la cita del poema de Bertold Brecht, “Demolición del barco Oskawa por su tripulación”, un poema excepcional al que me une un lazo histórico, pues lo utilicé como hilo conductor de mi primer artículo en la revista Triunfo, “De sol a sol. Vivir en un barco”, publicado allá por noviembre de 1972 (http://www.triunfodigital.com/mostradorn.php?a%F1o=XXVII&num=528&imagen=32&fecha=1972-11-11).
Al final del artículo, Justo Navarro, añade unas “Lecturas”, recomendadas supongo, con siete títulos, de los que al menos cinco es muy dudoso que pudieran ser considerados literatura marítima.
Desconozco la intención del autor al escribir el artículo, aunque sospecho que fue cosa de El País presentarlo como un texto que, supuestamente, habría de recoger los hitos, la historia o el presente de la literatura sobre barcos y marineros. En ese sentido, el artículo publicado es una completa decepción. Por ningún sitio aparece el premio literario Nostromo, que va ya por su XXI edición, el único certamen literario exclusivamente dedicado a la aventura marítima. Ni una sencilla mención de los autores que pugnan en España por publicar buena literatura marítima, con buques y tripulantes, Víctor San Juan, Joan Cortada, Cecilio Pineda, Elias Meana, Rafael Algarra, Miguel Aceytuno, Carlos Fernández Salinas, Antonio Ruiz Munuera, etc. O los numerosos autores ya fallecidos, Pío Baroja o Manuel del Blanco, sin ir más lejos. De hecho, ni siquiera ha entrado el autor del artículo en mencionar a los grandes autores de literatura marítima en inglés, Slocum, Melville, Conrad (el de “The End of the Tether” y “The mirror of the Sea”), por no hablar de Patrick O’Brian.
El Pais no es lo que un día fue. Ahora es otra cosa.