El buque lo había adquirido, en el 2012, en subasta pública, una empresa de desguaces de la República Dominicana por 275.000 dólares. Al resultarle imposible al HUNT dar un nuevo remolque, el derelicto quedó a merced de la mar y del viento con su plaga de ratas a bordo, sin al parecer mayor preocupación para Canadá que cuidarse de evitar que éste comprometiese la seguridad de las plataformas de petróleo que operan en la zona. Así pues, llegado el momento, se le remolcó y abandonó a su suerte fuera de aguas canadienses. Según datos de la Agencia nacional de inteligencia geoespacial de los EEUU (U.S. National Geospatial-Intelligence Agency), el derelicto ha sido punteado en 49º23´N y 44º 51´W, a 1300 millas náuticas de la costa de Irlanda.
Que el remolcador, con base en Terranova, no reunía condiciones para tal aventura marítima debía ser del dominio de las autoridades canadienses, portuarias y marítimas, de alguna manera responsables de la situación al haber incumplido su obligación de valorar y aprobar, en su caso, el proyecto de remolque que había de presentar, obligatoriamente, el armador del CHARLENE HUNT, un remolcador de 51 años y 3000 CV de potencia teórica, que debía cubrir, en invierno, la distancia de más de 1900 millas náuticas hasta la República Dominicana.
¿Por qué se consintió semejante barbaridad? Todo apunta a que las autoridades canadienses habrían contemplado la operación como una salida a la situación de abandono en que se encontraba el buque desde que, en septiembre de 2010, fue detenido judicialmente por demanda de un cuarto de millón de dólares canadienses, presentada por un transportista contra el buque, entonces bajo bandera rusa.
La situación se agravó al salir a la luz la deuda de cinco meses de salario a sus 51 tripulantes. A rio revuelto, una naviera noruega mostró cierto interés en el barco, sujeto a que se solventara la deuda de 350.000 dólares a la tripulación. Pese a la mediación de la ITF (International Transport Workers Federation), el asunto no llegó a buen puerto. La deuda total del buque, a trabajadores y empresas que habían contratado con él ascendía a 750.000 dólares.
A todo esto, el organismo canadiense competente en seguridad del transporte marítimo (Canadian Transportation Safety Board), ha declarado, para huir de su eventual responsabilidad, que “el buque no es causa de peligro para el tráfico marítimo o para el medioambiente”, pero ha detenido al remolcador CHARLENE HUNT por deficiencias tanto mecánicas como de seguridad.
La investigación del embrollo, puesta en marcha por las autoridades canadienses se hará pública de aquí a un año, según www.news.odin.tc/, y todo apunta que harán responsable a la empresa armadora del remolcador e intentarán encubrir la responsabilidad de la Administración por su actuación al permitir la salida del buque remolcado, una decisión cuanto menos negligente.
En el futuro, con la entrada en vigor en agosto de 2013 del Convenio sobre el trabajo marítimo (2006), se espera prevenir muchos casos de abusos y abandono de las tripulaciones.
El LYUBOV ORLOVA, se construyó en Polonia, en 1976, con 220 m. de eslora, 4251 GT y 1465 toneladas de peso muerto . Su última bandera fue la de Islas Cook.
El CHARLENE HUNT, fue construido en EEUU, en 1962, como remolcador costero.