Con esta incorporación, el Club del Transitario Marítimo está compuesto por 24 socios, todos ellos de preeminente trayectoria en el negocio transitario. Bajo el impulso de su presidente, Emili Sanz, el Club se está convirtiendo en un referente no sólo entre los responsables de empresas transitarias, sino en el sector del transporte marítimo, en general dentro del ámbito de Barcelona.
El plato fuerte de la reunión fue la presencia García-Milá, una persona que, según una nota del Club “no rehúye ningún tema de su competencia –por delicado que sea- y los aborda y explica –y a veces los justifica- con su proverbial contundencia, pasión y sinceridad”.
En la conversación se habló entre otros temas, de la gestación y las alternativas al Corredor del Mediterráneo; los distintos modelos de gestión y explotación de los puertos en Europa y el forcejeo entre las autoridades españolas y los principios de autonomía de gestión comunitarios; el reconocimiento internacional del puerto de Barcelona como motor de proyectos e iniciativas; las dificultades de coordinación entre administraciones intervinientes en el tráfico, que ralentizan los procesos; el agravio comparativo entre los puertos españoles y los del Norte de Europa; o la alternativa de la Ruta del Ártico en los transportes marítimos desde o hacia Asia; entre otros.
Los socios estuvieron especialmente interesados en recabar la optimización de la relación puerto-transitarios, evitando así desencuentros y malas interpretaciones en algunas iniciativas que, eventualmente, hayan podido erosionar la imagen del segmento transitario. En este sentido, García-Milà ratificó que el soporte natural del puerto son los transitarios a quienes debe, en interés propio, cuidar y mimar.