‘Tornem’ (volvemos en catalán) es el lema que ha utilizado el Club del Transitario Marítimo (CTM) para recuperar su tradicional Calçotada, que en su XIV edición, que se ha celebrado hoy en la Masia Can Portell de Molins de Rei (Barcelona), ha recuperado la presencialidad y el espíritu con el que se creó: ser el punto de encuentro y el pistoletazo de salida del año marítimo, portuario y transitario en un ambiente distendido y alejado del ajetreo diario. Más que nunca, en esta ocasión era necesario volver a verse las caras. El acto, que ha reunido a unas 180 personas, ha estado encabezado por el presidente del puerto de Barcelona, Damià Calvet.

Después de una pandemia que ha impactado en el sector, ha llegado “la maldita guerra’, tal como la ha definido el presidente del CTM, Jaume Altisent, quién ha querido “reivindicar y dignificar la figura y la labor del transitario y del transportista” en un momento delicado para ambos. O bien por las dificultades que están atravesando por el incremento desorbitado de los fletes o por la huelga de los transportistas, que por fin se ha desconvocado. En un ejercicio de ironía, Altisent también se ha acordado de las navieras, presentes muchas de ellas en la Calçotada. “Las felicito por sus beneficios, pero espero que el servicio que nos ofrecen sea acorde con los precios que nos cobran”. En el repaso al año marítimo, Altisent no ha querido olvidarse de dos de los transitarios fallecidos recientemente y muy queridos en el sector: Luis Romeu y Mariano Fernández. Tras una travesía tan complicada, el presidente del CTM ha destacado el punto de esperanza que supone la designación de Barcelona como sede la Copa América de Vela.
“Desde aquí se ve el puerto”
La expresión “desde aquí se ve el puerto” es la que ha utilizado el presidente del puerto de Barcelona, Damià Calvet, para reivindicar y visibilizar la tarea que lleva cabo la infraestructura como motor económico de la ciudad y de Catalunya. Calvet aludía al lugar de celebración de la Calçotada, en la sierra de Collserola y rodeada de bosque, para ensalzar, desde cualquier lugar, el papel de la comunidad portuaria y la actividad logística, reforzado por la pandemia, la crisis logística y de suministros, la huelga del transporte y el conflicto bélico tras la invasión rusa a Ucrania.

Recogiendo el guante lanzado por Altisent, Damià Calvet ha destacado las oportunidades que se le presentan a colectivos portuarios como los propios transitarios y los consignatarios con la llegada de la Copa América de Vela a la capital catalana. “La Copa América de Vela nos permitirá recuperar el dinamismo económico, generar ocupación y proyectarnos de nuevo al mundo. En este contexto, el papel sector marítimo-portuario y logístico será esencial”. Las palabras de Calvet ponían el broche final de una Calçotada, marcada y caracterizada por los retornos. A la presencialidad, a la celebración, al encuentro de la comunidad y a iniciativas que reactiven económicamente al sector. Después de una temporada duda, se ha recobrado la esperanza. Es el mensaje que ha trasladado el sector, pese a que las dificultades no han desaparecido.










