Ante más de 200 empresarios, dejando definitivamente atrás las limitaciones de la pandemia de la Covid-19, el Club de Transitario Marítimo (CTM) ha vuelto a dar el pistoletazo de salida del año marítimo, reuniendo a la comunidad portuaria y logística con la celebración el pasado viernes de la XV edición de su ya tradicional Calçotada. Con cambio de ubicación, esta vez ha tenido lugar en la masía Can Ametller de Sant Cugat del Vallès (Barcelona), la cita sirvió, como es habitual, como punto de encuentro profesional y social del sector. Reencuentros, charlas, risas y complicidades en un ambiente distendido en torno a un evento gastronómico.
Aprovechando la ocasión, el presidente del CTM, Jaume Altisent, volvió a reivindicar la necesidad de visibilizar la profesión de transitario. En un breve discurso, lamentó el poco conocimiento general del trabajo que realiza el colectivo y defendió los valores que representa, como la profesionalidad. Además, cuestionó sutilmente el papel de las navieras, a las que acusó de intrusismo. En un tono irónico, se felicitó de que “las navieras nos vuelvan a llamar para tomar un café, aunque siempre lo paguemos nosotros”. En esta línea, Altisent censuró las actuaciones de las navieras en los últimos años, de forma que han acumulado una posición de dominio en el mercado, dificultando la actividad de los transitarios. “Han ejercido prácticas no demasiado correctas”, apostilló, dejando claro que la situación ya forma parte del pasado.
Frente a la ausencia obligada en la Calçotada del presidente del puerto de Barcelona, Lluís Salvadó, por un tema familiar, en el encuentro estuvo presente el director general de la entidad, José Alberto Carbonell, quién felicitó al CTM por sus 25 años y por organizar ya la XV edición de la Calçotada.
En relación al tema de las navieras, Jaume Altisent insistió en que las actuaciones de estas son perfectamente censurables, por lo que está previsto que el día 7 de marzo, miembros del Club se reúnan con la Agencia Catalana para trasladarle la problemática y buscar posibles soluciones. De hecho, Altisent recordó que el Consortia Block Exemption Regulation (CBER), el reglamento de exención por categorías de los consorcios de transporte marítimo de línea regular, que finaliza el 25 de abril de 2024, y que establece una exención automática para determinados acuerdos entre compañías de transporte marítimo de línea regular, permitiéndoles cooperar y prestar servicios conjuntos a través de «consorcios, no estaba diseñado por la Comisión Europea (CE) para llevar a cabo este tipo de acciones.
Estas fueron algunas de las reivindicaciones que se pusieron sobre la mesa en el marco de la XV Calçotada del Club del Transitario Marítimo. Eso sí, en un ambiente festivo y distendido.









