“La consecuencia de este cambio de hábitos por parte de los aficionados a la náutica ha provocando, por una parte, la creación de un nuevo modelo de empresas dentro del sector náutico que nacen dedicadas al alquiler de embarcaciones de recreo y al suministro de servicios vinculados al chárter náutico”, comenta Octavi Uyá, consejero delegado de Nautal, empresa constituida en 2013, que se consolida como plataforma líder en el mercado de alquiler de barcos en España y que “en sólo cuatro años hemos logrado realizar alquileres por valor de cerca de 10 millones de euros, con un crecimiento anual del 250%. Actualmente disponemos de 17.000 embarcaciones en 25 países y más de 2.000 bases, ofreciendo servicio en siete idiomas”, continúa Uyá.
Por otro lado, empresas que históricamente centraban su actividad en la producción y distribución de embarcaciones de recreo nuevas han transformado su modelo de negocio, o parte de su actividad, reorientándose hacia el chárter náutico.
Por citar algunos ejemplos, compañías como Fountaine Pajot y la firma de capital NextStage han tomado el control de DreamYachtCharter (DYC) que, a su vez, adquirió la plataforma de alquiler de barcos Boaterfly. Todo ello, con el objetivo, como asegura Nicolás Gardies, director general de Fountaine Pajot, de reforzar la presencia de la empresa en el sector del chárter. Otro ejemplo, en la misma línea, es el de Beneteau que funda el BeneteauBoat Club, el primer club de navegación mono-marca.
Pero esta corriente de cambio en la oferta y demanda de productos y servicios náuticos se extiende más allá de las empresas, es el caso de la Autoridad Portuaria de Baleares que recientemente ha sacado a concurso una zona de amarres para barcos de alquiler en el puerto de Mahón, Menorca. “Se trata de una licitación por doce años, por un total de 6.901 metros cuadrados y con un canon anual de salida de 47.000 euros”, explica Octavi Uyá, quien considera que “también la percepción de los políticos ha cambiado, antes eran más reticentes a licitar amarres o puertos de alquiler por la mala imagen que podría dar destinar amarres al uso de turistas en detrimento de los residentes de las Islas. Sin embargo, ahora, tanto las administraciones como las capitanías marítimas entienden que el sector del chárter es el motor de crecimiento que necesita el sector náutico”.
Todos estos movimientos y datos obedecen a una lógica económica aplastante, ya que poseer una embarcación sólo tiene sentido para una minoría de los propietarios actuales de embarcaciones. Si se suman los costes de depreciación de la embarcación, amarres, varada anual, mantenimiento, reparaciones y seguro, el coste de tener una embarcación en propiedad de 10 metros de eslora puede estar entre los 10.000 y los 15.000 euros al año.
Según una encuesta realizada por Nautal, los propietarios de las embarcaciones las usan una media de 13 días al año. La encuesta también revela que muchos clientes de chárter náutico valoran positivamente el poder cambiar de tipo de embarcación o de destino. Atendiendo a estos hábitos, el alquiler, cuyo coste en el caso de un velero de 10 metros de eslora para una semana oscila entre los 700 euros en temporada baja y los 1.500 en temporada alta, es una opción muy accesible para disfrutar de la náutica.