El Banco Mundial reclama que se eviten las políticas públicas de apoyo al Gas Natural Licuado (GNL) en el transporte marítimo y que se regulen las emisiones de metano. En su informe ‘El papel del GNL en la transición hacia un transporte marítimo con bajas o nulas emisiones de carbono’, el organismo aconseja que ante “las incertidumbres que rodean los beneficios del GNL sugerimos que se evite el apoyo de nuevas políticas públicas para incentivar el combustible”. El Banco Mundial propone esta medida frente “a las políticas que proporcionan una ventaja regulatoria al GNL sobre las alternativas derivadas del petróleo en el transporte marítimo.
En su informe, señala que el actual Índice de Diseño de Eficiencia Energética del sector se centra exclusivamente en las emisiones de CO2 posteriores (es decir, debidas a la combustión a bordo), despreciando así las anteriores o intermedias (es decir, ocasionadas por la extracción y la distribución).
El estudio subraya la necesidad de adoptar medidas políticas urgentes y contundentes para regular las emisiones de metano, tanto en la cadena de suministro de GNL, como en su uso a bordo de los buques existentes y de los de nueva construcción. La decisión, según el organismo, se ha de adoptar independientemente de que el GNL sea importante en un futuro inmediato.

Hacia los combustibles con cero emisiones
El informe también recomienda centrar el apoyo público en el desarrollo de una política que acelere de forma efectiva la investigación, el desarrollo y el despliegue de los combustibles con cero emisiones de carbono.
En su análisis, el Banco Mundial vaticina que los combustibles ideales para promover la reducción máxima de las emisiones son los que incluirán hidrógeno con cero emisiones de carbono como materia prima. Existen dos formas principales de producción de dicho hidrógeno: la primera utiliza la electrólisis alimentada por electricidad renovable 100% no biogénica para producir hidrógeno ‘verde’ y la segunda utiliza el gas natural junto con la captura y el almacenamiento de casi el 100% del carbono para producir hidrógeno ‘azul’.
El Banco Mundial alerta sobre la incertidumbre general sobre los beneficios o perjuicios del GNL en materia de Gases de Efectos Invernaderos (GEI), lo que según su análisis, ha creado tensiones en el seno del sector del transporte marítimo. Por un lado, “el uso del GNL ofrece beneficios inmediatos y tangibles para la calidad del aire. Por otro lado, existen controversias sobre la capacidad del GNL para contribuir a la reducción de los GEI tanto a corto como a largo plazo”.

La alternativa del metano
En relación a la utilización del metano, el organismo detecta dos ventajas principales que se derivan de cómo se introduce, se mezcla y se quema el gas natural al final de la compresión en un motor HPDF. El metano no puede escapar durante la fase de inducción de aire porque el gas natural se introduce cuando las válvulas de escape están cerradas. En segundo lugar, el gas natural se mantiene alejado de las grietas y de las paredes relativamente frías de la cámara de combustión, donde no puede producirse la combustión.
¿Consumo masivo de amoníaco?
El organismo también alude a un estudio reciente encargado por el Foro Marítimo Mundial, en el que se calcula la evolución de la flota marítima internacional para los escenarios de descarbonización de 2050 y 2070. Ambos escenarios prevén un consumo masivo de amoníaco con cero emisiones de carbono para alcanzar estos objetivos de descarbonización y sólo un consumo nicho de GNL