El Ayuntamiento de Barcelona insiste en su petición de reducir la actividad de los cruceros y ha reiterado su propuesta de frenar la construcción de la séptima terminal, la G, una iniciativa que forma parte del acuerdo establecido hace cinco años entre el puerto de Barcelona y el consistorio barcelonés para alejar su presencia, trasladándola hasta el Muelle Adosado y liberar el espacio público de los muelles más cercanos a la ciudad. Además, la concejala de Urbanismo y teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, Janet Sanz, reclamó no renovar el contrato de la Terminal C, operación que se realiza anualmente. Las propuestas de Sanz se dieron en el transcurso de la primera reunión del Consejo por la Sostenibilidad de los Cruceros, que se celebró ayer.
En declaraciones tras el encuentro recogidas por la cadena local de televisión Betevé, Janet Sanz afirmó que “ es insostenible que en Barcelona haya este año 3,3 millones de cruceristas y que de cara en el año próximo se espere aumentar hasta los 4 millones”. “Que alguien me justifique porque tenemos que construir la séptima terminales de cruceros”, añadió. Sanz aseguró que estas dos medidas “no costarán dinero al puerto” y que en cambio, supondrán un beneficio para la ciudadanía. La responsable municipal ha reclamado también que la Generalitat llegue a un acuerdo con los responsables del sector para reducir el impacto en la ciudad. “Si lo hicieron en Baleares, ¿por qué no en Cataluña?”.
El acuerdo de la séptima terminal, la G, forma parte del pacto que el ayuntamiento y el puerto de Barcelona firmaron en 2018 para trasladar la actividad de cruceros y ferris hacia el muelle Adosado para liberar espacio público de los muelles más próximos en la ciudad. En la actualidad, el muelle Adosado dispone de cinco terminales de cruceros (A, B, C, D y E), donde operan varias navieras. En el caso de la C, el contrato se renueva año tras año.
El acuerdo del 2018
Desde la oposición al Ayuntamiento de Barcelona, partidos como la Candidatura de Unidad Popular (CUP), recuerdan que en 2018 se aprobó la ampliación del puerto con una nueva terminal y que esta media contó con el apoyo de Barcelona en Comú, partido que encabeza el consistorio barcelonés. La CUP critica que “el acuerdo se vendió como una limitación de las terminales y lo que ha logrado es cerrar las pequeñas y levantar otra para recibir más cruceros, aumentado la cifra de cruceristas”.
Desde el puerto de Barcelona, tras la reunión de Consejo por la Sostenibilidad de los Cruceros, se insiste en que la implementación de este acuerdo del año 2018 supone unos 10 años de trabajo y, por lo tanto, no finalizará hasta el año 2027, con el cierre de la terminal de cruceros situada en el muelle de Barcelona Sur.