La semana pasada, el ‘Joint Maritime Committe’ de la International Labour Organization fijó, de acuerdo con la ICS (International Chamber of Shipping), que agrupa a los armadores, y la ITF (International Transport Workers Federation), un salario mínimo para los marineros, ‘Able seaman’, en toda la marina mercante mundial de 658 dólares a partir del 1 de enero de 2023, 666 dólares a partir del 1 de enero de 2024 y 673 a partir de 2025. El incremento ya es algo, ya que hasta ahora el salario estaba fijado en 614 dólares desde el 1 de enero de 2018.
Faltan marinos, oficiales y marineros en el mundo y un salario como el que se indica es evidente que no va a motivar a ningún ciudadano del llamado ‘mundo occidental’, de manera que la marina mercante mundial estará tripulada en su escalón inferior, y muy posiblemente en el superior, con ciudadanos de Indonesia, Filipinas, Malasia, países africanos…, a los que habrá que cuidar si es que el ‘mundo occidental’ quiere tener una marina mercante funcionando de manera efectiva.
A la vista de los salarios, parece evidente que la profesión de marinero es muy poco atractiva para determinados ámbitos geográficos (usando una expresión elíptica) y si tomamos en consideración el hecho de que un 90% del comercio mundial se realiza por mar a bordo de buques mercantes, los gobiernos mundiales deberían de ser muy conscientes de este hecho.
No vaya a ser que dentro de poco tengamos un problema con los abastecimientos como el que padecemos hoy con los combustibles derivados del carbón, que están en manos de unos pocos. Mucha atención al tema es necesaria. Y más, debemos pensar en la formación para los ciudadanos de países terceros que inmigran a la UE y que se mueven por el norte y el sur a lo largo de la Unión sin una clara fijación por parte de los gobiernos. ¿A qué esperamos?