Inmediatamente después de que el Comandante de las fuerzas de la OTAN que combaten la piratería en el Índico, el almirante Antonio Natale, recibiera la señal de emergencia, dispuso que la fragata USS NICHOLAS, de EEUU, el buque de la flota más próximo al lugar del siniestro, acudiera a toda máquina al salvamento de los 22 náufragos, todos de nacionalidad turca.
No obstante, fue otro mercante, igualmente tripulado por turcos, el quimiquero YM PLUTO (de la naviera turca “Mas Shipping and Trading”, abanderado en Malta, de 120 metros de eslora y 4829 GT, construido en 2009), el que se hizo cargo de los náufragos. El 31 de marzo, este buque navegaba rumbo a la costa de Omán, presumiblemente para desembarcar a dichos náufragos, dada la imposibilidad de prestarles por más tiempo la mínimas condiciones de salud e higiene a bordo, habida cuenta de su ajustada acomodación.
El almirante Natale aprovechó el suceso para declarar que: “ Una vez más somos capaces de proporcionar asistencia a un buque mercante en peligro. El cometido de la OTAN es patrullar estas aguas contra la amenaza de la piratería somalí, pero el primer deber de todo buen marinero es ayudar en caso de emergencia. Nos sentimos muy satisfechos de haber cumplido con ese deber”.