La delicada operación de encaje del ADELAIDE en el BLUE MARLIN tuvo lugar el pasado día 9 en la ría de Vigo y duró cuatro horas, un tiempo inferior al previsto inicialmente.
La operación comenzó con dos horas de retraso con respecto a la planificación inicial, debido a la intensidad del viento, que rondaba los 16 nudos, justo el límite que había fijado la compañía holandesa Dockwise, propietaria del BLUE MARLIN, para desarrollar las tareas con garantías de éxito.
Tras la maniobra de acercamiento y posicionamiento del ADELAIDE encima de la cama de apoyo instalada en el BLUE MARLIN, le siguió la del reflote de la parte de la cubierta que permanecía sumergida.
Una vez trasladado de vuelta al puerto de Vigo, el ADELAIDE permaneció atracado mientras remataban las obras de fijación del remolcador a la cama de hierro y madera sobre la que descansa.
A partir de ahora a este buque gemelo de otros construidos antes por los astilleros de Navantia en Ferrol, el JUAN CARLOS I y el CAMBERRA, le quedarán por delante 55 días de navegación hasta llegar a su destino, la ciudad australiana de Melbourne.
De la construcción de su puente de mando se encargará el astillero australiano BAE Systems, para el que ha trabajado Navantia y que será el encargado de hacer las pruebas de mar del ADELAIDE, de 203,8 metros de eslora, 32 de manga y 6 de calado; capaz de alcanzar una velocidad máxima de 20 nudos y de alojar a 1.400 personas.
Se trata de un buque con múltiples usos, ya que puede dar apoyo al despliegue de fuerza tanto de medios aéreos (hasta 20 helicópteros), como marinos; y también puede ser utilizado para misiones humanitarias al albergar en su interior un hospital que puede dar cobertura a áreas asoladas por catástrofes medioambientales.