Ya tenemos la historia habitual: criminalización de los marinos.
No es aceptable el arresto. Tanto la naviera, Nagashiki Shipping Co., como los fletadores del buque, Mitsui OSK Lines (armadores de toda solvencia en Japón), han asumido sus responsabilidades enviando equipos para recoger el derrame y transbordar el combustible que quedaba a bordo para que no continuara el proceso de contaminación. También la IMO y los P&I Club de armadores y fletadores han enviado investigadores para conocer las causas del desvío del granelero de la derrota mas segura, aproximándose demasiado a la costa y varando el 25 de Julio. Los investigadores estudiarán completamente el accidente. Una vez conocidos los resultados de la investigación se aplicarán las responsabilidades; pero lo que resulta inadmisible es, por si acaso, arrestar al capitán y al primer oficial. Todos los actores asumen sus responsabilidades.
Repasemos los hechos. El 25 de Julio pasado, el bulkcarrier WAKASHIO, vara frente a las costas de Mauricio. El buque, de bandera panameña, de 400 metros de eslora, 50 de manga, calado de 8,7 metros y 203.130 toneladas de desplazamiento, iba en viaje desde China a Brasil. Por razones desconocidas, quizás el mal tiempo, el buque se separa de la derrota segura y se acerca a las costas de Isla Mauricio, donde vara.
En principio, tanto fletadores como armadores se ponen en contacto con las autoridades y una solvente compañía de salvamento para reflotar el buque. Momentos de tensión ocasionados por el mal tiempo.
El 6 de agosto se inician las fugas de combustible. Hasta este momento las autoridades de Mauricio no han reaccionado, y como todos hemos visto por televisión, cuando empiezan los derrames son los propios ciudadanos, que no las autoridades, los que tratan, con medios de fortuna, de contener el derrame. Hagamos aquí una digresión y digamos a TVE que mejore sus canales informativos ya que los presentadores de los telediarios, a partir de aquí y hasta el final, no dejan de hablar de un “buque petrolero” y de “derrame de crudo” con una evidente falta de información correcta.
Iniciada la fuga, tanto armadores como fletadores se afanan por contenerla y por transbordar el combustible del WAKASHIO a otros elementos de almacenamiento. Así, el derrame, grave, se contiene en una cantidad de 1.000 toneladas de un total de 4.000.
El 15 de agosto, a causa de los esfuerzos y las fracturas en el casco, el buque se parte en dos. El 18 de agosto, las autoridades de Mauricio arrestan al capitán y al primer oficial.
¿Por qué ahora? ¿Por qué en este momento si todo se está investigando? ¿Por qué si tanto armadores como fletadores han asumido su responsabilidad? Solo se nos ocurre que es una actitud de efecto mediático que busca aplacar una posible reclamación de la opinión pública de la isla, utilizando un cabeza de turco. ¿Cuál? La del capitán y de paso también la del primer oficial. La historia se repite.
Y es que llueve sobre mojado. Últimamente las autoridades de las aguas donde se producen accidentes están tomando esta costumbre mala y peligrosa. Si el capitán es responsable de algo ya lo dirán los informes periciales. Las responsabilidades civiles y económicas, en su caso, están cubiertas por la póliza de seguro de los armadores. Y las penales, si las hubiere las debería dictar un juez después de haber evaluado los informes periciales, no antes. Tomar a los capitanes como rehenes constituye una actitud indigna y cobarde.