El estudio ‘Trade in Transition’, encargado por DP World y dirigido por Economist Impact, ha detectado que las interrupciones de la cadena de suministro, causadas originalmente ppor la covid-19 y que una vez se pensó que eran una anomalía, se han convertido en algo habitual en el panorama comercial actual. Aunque se prevé que el crecimiento del comercio siga siendo positivo, este panorama macroeconómico no tiene en cuenta los problemas más microeconómicos que afectan a regiones y sectores específicos. Así, no tiene en cuenta los problemas más microeconómicos que afectan a regiones y sectores específicos. Los empresarios, según el informe, tienen que tener en cuenta múltiples escenarios y desarrollar una estrategia ágil que pueda modificarse en función de los vientos en contra y las perturbaciones futuras.
La geopolítica se está convirtiendo en uno de los factores más influyentes que afectan al comercio y a las operaciones de la cadena de suministro. Incluso más allá de la guerra en Ucrania y las tensiones entre EEUU. y China, otros choques como la guerra cibernética pueden inhibir el correcto funcionamiento de las economías del mundo. Esto conduce cada vez más a políticas gubernamentales más proteccionistas. Los ejemplos más notables proceden de EEUU en respuesta a la creciente agresividad de China mediante transferencias forzosas de tecnología, subvenciones patrocinadas por el Estado y su estrategia de fusión civil-militar.
Los recientes cambios legislativos estadounidenses también han sido más proteccionistas, como la Ley de Infraestructuras y la Ley ‘Chips’ y de Ciencia, que pretenden incentivar y dar prioridad a la fabricación estadounidense y norteamericana. En todo el mundo, se observan políticas proteccionistas similares que, de continuar, sólo conducirán a una mayor fragmentación del sistema comercial mundial. «Las arterias [del comercio mundial] están obstruidas», afirma Opertti, del Banco Interamericano de Desarrollo. «Necesitamos desatascar las arterias del comercio y necesitamos medidas de facilitación del comercio que se están retrasando para poder funcionar».
Diversificación, regionalización o deslocalización
Sin embargo, en este panorama cada vez más asfixiante, las empresas han adoptado formas de responder y crecer. Una respuesta es modificar las cadenas de suministro mediante la diversificación, la regionalización o la deslocalización para aumentar la resistencia. Otra es la adopción generalizada y creciente de una plétora de tecnologías. Estos cambios ayudarán a las empresas a superar las consecuencias económicas adversas asociadas a las recientes conmociones geopolíticas, como demuestra el análisis del GTAP. Incluso en este contexto, la expansión sigue estando en la mente de los ejecutivos de las empresas, por lo que ser ágil, tener una estrategia empresarial y utilizar la planificación de escenarios son esenciales para lograr este objetivo.
En última instancia, para resolver los problemas más acuciantes y facilitar un comercio sin fricciones es necesaria la implicación tanto del sector privado como del público. Desde el Centro Asiático de Comercio, se comenta que los gobiernos también tienen que resolver los problemas comerciales, pero «las soluciones gubernamentales suelen ser muy anticuadas, toscas y difíciles».
Por lo tanto, hay que dar prioridad a la racionalización de la política comercial a todos los niveles. Aunque los numerosos ‘actores’, cada uno con sus intereses respectivos, dificultarían esta tarea, se han hecho progresos. Así lo demostraron los avances de la reciente 12ª Conferencia Ministerial de la OMC88 , que desembocó en el Acuerdo sobre Subvenciones Pesqueras y en una decisión sobre la moratoria del comercio electrónico, lo que demuestra que sigue existiendo la voluntad entre los países de trabajar juntos para resolver los acuciantes problemas comerciales del momento. Sólo mediante nuevos avances podrá prosperar el comercio.