Tras el reciente estreno de “Captain Phillips”, dirigida por Paul Greengrass y protagonizada por Tom Hanks y Barkhad Abdi, una película que cuenta la historia de Richard Phillips, capitán al mando del portacontenedores MAERSK ALABAMA (bandera de Estados Unidos, construido en 1998, GT 14120 y 155 metros de eslora), en abril de 2009, cuando fue asaltado por piratas somalís, que acabaron reteniendo al capitán hasta que fue liberado por tropas especiales del ejército norteamericano, llega la noticia del estreno de “All is lost”, la historia de la supervivencia de un navegante solitario cuyo yate acaba naufragando a causa de la colisión con un contenedor a la deriva.
Ambas historias tiene poco en común, excepción hecha de que ambas tratan de la mar, de los barcos y de los marinos. Hay además otra diferencia de gran calado. La pelicula sobre el capitán Richard Phillips ha sido severamente criticada por la tripulación del buque a través de un artículo publicado en el periódico New York Post con fecha 13 de octubre pasado (Callahan, Maureen. «Crew members: ‘Captain Phillips’ is one big lie»); y por el jefe de máquinas. Unos y otro ofrecen del capitán Phillips una visión muy alejada del personaje casi heroico que nos pinta la película. Los tripulantes afirman que Phillips era un capitán huraño, ciclotímico, arrogante, falso e hipócrita. El jefe de máquinas le acusa directamente de buscar su secuestro para alcanzar su minuto de gloria. Lo cierto es que el capitán del MAERSK ALABAMA ignoró todos los avisos sobre el riesgo de ser atacado por piratas mientras navegaba por el golfo de Adén. Buena parte de la tripulación le ha puesto una demanda por ello reclamando a la naviera 50 millones de dólares por conducta dolosa, negligencia y comportamiento imprudente y gratuito del capitán Phillips.
“All is lost”, que tiene previsto estrenarse en España en enero de 2014 con el título de “Cuando todo está perdido” narra la odisea de un hombre maduro, interpretado por Robert Redford, que en el transcurso de un viaje en solitario a través del Océano Índico descubre que el casco de su velero de 12 metros se ha agrietado tras una colisión con un contenedor que flotaba a la deriva. La llegada de un temporal le convence de que no puede salvar el barco y utiliza la balsa salvavidas para seguir a flote. La cámara recoge la lucha heroica, agónica, del hombre enfrentado al océano, a los tiburones, al hambre y la sed, sostenido por la fuerza del instinto de supervivencia. Como la historia del naufrago que contó de forma magistral Gabriel García Márquez («Relato de un náufrago que estuvo diez días a la deriva en una balsa sin comer ni beber, que fue proclamado héroe de la patria, besado por las reinas de la belleza y hecho rico por la publicidad, y luego aborrecido por el gobierno y olvidado para siempre», 1955); o la lucha épica que Ernest Hermingway plasmó en “El viejo y el mar” (The Old Man and the Sea, 1952). La película también recordará la magnífica “La vida de Pi” (esta vez sin tigre de Bengala), y puede evocar en el spectador, por la interpretación de Redford sin apenas diálogos, sustituyendo la montaña por el mar, “Las aventura de Jeremiah Johnson”.
De “All is Lost”, la crítica norteamericana ha resaltado la sólida interpretación de Robert Redford y el ingenio creativo de una película que mantiene en vilo al espectador con muy pocos elementos escénicos.